La violencia como problema de salud pública
y los retos para el profesional de la salud
Asignatura de Psiquiatría
Por: Carolina Perafán
Aunque parece evidente la concientización que se empieza a tener del problema de la violencia como uno de los factores principales a tener en cuenta en las estadísticas de salud pública, lo cierto es que puede afirmarse que no se ha pasado de formacontundente de la etapa de diagnóstico. Cuando mucho, la violencia se ha tratado con procedimientos que atacan únicamente los síntomas más evidentes, pero el problema, en términos socioculturales, sigue latente y sin ningún tratamiento eficiente. En El Informe Mundial sobre la Violencia y la Salud del 3 de octubre de 2002[1], la Dra. Gro Harlem Brundtland, Directora General de la OMS, afirma: «laviolencia es un problema complejo, relacionado con esquemas de pensamiento y comportamiento conformados por multitud de fuerzas en el seno de nuestras familias y comunidades, fuerzas que pueden también traspasar las fronteras nacionales». En éste informe ya se hacía claro, o por los menos se posibilitaba, un cambio en los esquemas de pensamiento que permitía concebir la violencia intrafamiliar como unproblema de salud pública: «El Informe nos lanza también un reto en muchos terrenos. Nos obliga a ir más allá de nuestro concepto de lo aceptable y cómodo para cuestionar la idea de que los actos violentos son meras cuestiones de intimidad familiar o de elección individual, o bien aspectos inevitables de la vida», afirma la Doctora Brundtland. Pero lo cierto es que, a pesar de ésa claridad, no pareceevidente ninguna acción que permita remediar el problema con resultados convincentes. Como afirmé antes, nos encontramos en una etapa de diagnóstico.
Lo más preocupante, a mi juicio, es que parece reinar un optimismo trivial cuando se trata de analizar los resultados del diagnóstico. A pesar de que las cifras arrojadas por el informe de la OMS son no menos que escalofriantes (aún sin tener encuenta que esos resultados no son más que la punta del iceberg), la voz de alarma no parece escucharse más que en pequeños grupos de la población mundial. Cuando se determina que cada año mueren 1.6 millones de personas por muerte violenta y que por cada joven muerto a consecuencia de la violencia, entre 20 y 40 sufren lesiones que requieren tratamiento, estamos hablando de un fenómeno sinprecedentes en la Historia de la humanidad. La violencia ya no es una cuestión, como en el pasado, de una eventualidad como la guerra. Es un fenómeno cultural y social, que no le concierne únicamente al “sector de la salud”. El sector político, el sector social (como las ONG’s) e incluso el arte, son llamados a volcar su mirada de manera seria a éste fenómeno. El profesional de la salud que se precie deserlo, en un sentido verdaderamente ético más que técnico, tendría, por tanto, que volver a la concepción clásica del médico que se acercaba a la filosofía y a las demás ciencias humanas para concebir al ser humano en toda su complejidad. Hablar de violencia es hablar de una enfermedad social (si se me perdona la licencia conceptual) y las artes y las ciencias Sociales y humanas se ocupan (o almenos tienen la obligación de ocuparse) de este tipo de fenómenos con un rigor similar al del científico. Para poner un ejemplo, el novelista inglés de descendencia india, Salman Rushdie, retrata en su novela “Furia” la sociedad neoyorquina de la presente década y en ella se puede apreciar profundamente, en los términos que el arte propone, las diversas manifestaciones de la violencia en lassociedades actuales, así como una gran diversidad de razones sociales del fenómeno: el culto al cuerpo y las manifestaciones de la violencia sexual; las relaciones entre padres e hijos y el maltrato psicológico que cada vez se hace más común e incluso la violencia que se trasmite en los medios de comunicación masivos y en la Internet en particular. Se me objetará que hablar de la sociedad neoyorquina es...
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