Biografía de Alexandra Kollontai, Mujer Revolucionaria Rusa
En El amor de las abejas obreras, obra escrita en 1923, fue el fruto de lagunas experiencias autobiográficas y también de su descontento con NEP. Se trata pues de una obra literaria escrita como representante de la Oposición Obrera, y apunta una nada velada crítica a la sociedad soviética de entonces y una apasionadaexploración de un conflictivo ideal de pareja: no ser sólo «marido y mujer», sino también «camaradas ».
Conviene no olvidar que las mujeres obreras jugaron un papel capital en la revolución rusa, y algunas como Alejandra expresaron este papel con una gran audacia, tomando parte en los grandes momentos y escribiendo ensayos y novelas que escandalizaron a los hombres comunistas.
Hasta que se retiró a ladiplomacia para ser una sombra de lo que había sido el largo proceso del movimiento revolucionario ruso -que va desde el intento insurreccional de los "decembristas" hasta la consolidación del estalinismo-, e extraordinariamente rico en cuanto a su participación femenina se refiere. Bastante reducido a una vanguardia muy estricta por las propias exigencias de la clandestinidad, este movimiento fuellevado, hasta la eclosión popular de 1905 y de 1917, por militantes surgidos, fundamentalmente, -del seno de las clases opresoras. Se puede decir que, sobre todo en su etapa final, no existió una familia perteneciente a las clases privilegiadas que no tuviera una o varias «ovejas negras» entre los suyos y que, entre éstos, no hubiera una mujer que, en ruptura con el ambiente conservador, se lanzaraa una incierta aventura revolucionaria que equivalía a una terrible clandestinidad y casi invariablemente la cárcel, los malos tratos, el destierro en Siberia o, en el mejor de los casos, el exilio en Europa o en Norteamérica, donde la militancia revolucionaria se curtía culturalmente absorbiendo ávidamente la producción cultural de la izquierda occidental cuya producción intentaba aplicar yenriquecer en una praxis interior en la que el diletantismo era muy difícil.
La historia de estas mujeres está en gran medida, todavía por hacer. Durante su estancia en la Rusia soviética, la compañera de John Reed, Louise Bryant, escribió un amplio reportaje sobre la aportación femenina a la revolución y descubrió, algo que Lenin y los historiadores reconocerían más tarde, a saber, que habían sidolas mujeres las que habían desencadenado el proceso revolucionario un 8 de febrero (8 de marzo, Día de la mujer trabajadora, en el calendario occidental). Su testimonio no ha llegado hasta nosotros y posteriormente los trabajos sobre el papel de la mujer en la revolución rusa representan una ínfima porción dentro de la inmensa bibliografía escrita sobre este acontecimiento.
La mujer rusa necesitabatodavía más que los hombres un cambio revolucionario. Habían sido las esclavas de los esclavos y todavía, en pleno siglo XX, la legislación zarista reconocía a los maridos el derecho de maltratar a sus esposas. Sin embargo, aunque esta necesidad fuese apremiante, el atraso cultural, la represión y por supuesto, la incomprensión del propio movimiento revolucionario, hizo que la incorporación delas mujeres a la lucha fuera tardía y subordinada. Rusia careció de un período de libertades democráticas amplias que permitiera la creación de organizaciones de mujeres con una sólida implantación, con un importante número de cuadros capaces de establecer sus propios criterios...
La revolución, la guerra civil, el ascenso de la burocracia, la sucesión vertiginosa de acontecimientos no permitióque las grandes ideas desarrolladas por diferentes generaciones de mujeres revolucionarias rusas, empezando por las audaces nihilistas y continuando por las que lucharon en cada una de las ramas del movimiento revolucionario, cobraron cuerpo a través de organizaciones estables y capaces de imponerse...Por todo ello, la historia del feminismo revolucionario ruso se ilustra primordialmente a través...
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