keegan_cap3

Páginas: 124 (30862 palabras) Publicado: 30 de mayo de 2016
Capitulo 3:
Grant y el caudillaje no heroico
Durante la presidencia de Abraham Lincoln, un hombrecillo
montado en un gran caballo galopaba en las primeras luces de
una mañana de primavera por los densos bosques próximos al
río Tennessee que llevan tierra adentro desde su ribera occidental. El ala de un estropeado sombrero flexible casi rozaba las
patillas de su hermético, resuelto y barbudorostro. Un basto
capote de soldado cubría sus espaldas. Sólo el grupo de oficiales de estado mayor que seguían su apresurada estela le identificaba como general al mando de un tropel de soldados de la
Unión, algunos encuadrados en unidades formadas, muchas sin
mando y fugitivas, que llenaban los claros y el terreno sinuoso
por el que marchaban. El aire estaba cargado de ruido de intenso tiroteo,disparos de francotiradores, ocasionales descargas
cerradas, murmullos de ordenada fusilería y explosiones de
artillería disparando a quemarropa. El susurro de las hojas
respondía al paso de los disparos.
El hombrecillo era Ulysses Simpson Grant, al mando del distrito
de West Tennessee; la fecha, el 6 de abril de 1862, y el ruido,
los primeros combates de la batalla de Shiloh, que había comenzado doshoras antes. Detrás de Grant se hallaba el vapor
que hacía poco le había traído hasta allí desde su cuartel general, ocho millas aguas abajo del río. Delante, en el teatro occidental de operaciones de la Guerra de Secesión norteamericana, se libraba un combate entre el ejército de la Unión y las
fuerzas confederadas que le había cogido por sorpresa, había
llevado el desorden a su ejército y habíapuesto repentinamente
en duda el resultado de la campaña del Norte en el centro de
operaciones del Mississippí.
Para muchos de los hombres de ambos bandos, ésta era su
primera batalla; para algunos, la primera ocasión en que manejaban armas de fuego. Cientos de soldados de la Unión habían
encontrado ya excesiva la experiencia del combate en orden
cerrado y cuerpo a cuerpo, y retrocedían ahora encantidades
demasiado grandes para que ningún oficial pudiera detenerlos,

buscando una seguridad temporal al amparo de las altas riberas
del Tennessee. Otros habían permanecido en su puesto o retrocedido a su pesar, pero en muchos lugares la defensa de la
propia posición consistía sólo en permanecer allí agazapados al
abrigo de terraplenes suficientemente duros para detener la lluvia de proyectilesque barrían las líneas. En algún lugar, un
observador vio cómo treinta o cuarenta unionistas, asido cada
uno al cinturón del que iba delante, se agazapaban detrás de un
grueso árbol solitario "mientras un aturdido oficial de compañía,
incapaz de controlarse él mismo y de controlar a sus hombres,
iba y venía insensatamente de un lado a otro".

La máscara del
mando
John Keegan

En muchos sitios sepedía a gritos munición. El ataque de los
sudistas había sorprendido a los soldados de la Unión con las
balas y la pólvora que llevaban en sus cartucheras, sesenta disparos como máximo, y buena parte de esa munición se había ya
consumido o perdido durante la primera hora de ataque. El
ejército del Norte, que disponía de la abundante producción de
la industria de Nueva Inglaterra, no se preocupabacuando todo
iba bien del consumo de municiones. En situaciones difíciles
consumía pródigamente sus reservas. Así lo había hecho ahora,
y Grant, cuando inició la cabalgada por su maltrecho frente,
prestó atención primero a las exigencias de munición. Sabía que
los sudistas, escasos siempre de aprovisionamientos, sólo podían ganar un combate como resultado de la mala administración por parte del Nortede sus superiores recursos.
Dadas las órdenes oportunas, Grant hizo dar la vuelta a su montura para recorrer el frente e inspeccionar su estado. La confusión era tal que amenazaba el colapso. La lucha había comenzado antes del amanecer, cuando las patrullas de sus divisiones
de vanguardia, que esperaban un avance sin resistencia hacia
el territorio ocupado por los sudistas, habían chocado con...
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