About me

Antes de los 12 años estábamos ya en el instituto con la incertidumbre y el miedo propios hacia los mayores, los profesores y el ¿qué haré yo ahí? Han pasado ya seis años y, casi con el bachilleratoacabado, pocas cosas cambiaría de esta etapa. Durante los cursos han cambiado los profesores, los compañeros, el propio instituto…y, sin darnos cuenta, hemos recibido una educación y unosconocimientos, hemos madurado, hemos crecido moral e intelectualmente como personas que prácticamente ya están preparadas para vivir de una manera libre e independiente y de una forma civilizada en la sociedad.Quizás hay momentos de desesperación en esta etapa donde se pierden las ganas y la ilusión y te preguntas: ¿pero para qué me sirve a mí saber tocar la flauta?, o ¿para qué quiero yo saber cómo seresuelve una inecuación? Pues bien ese tiempo que “desperdiciamos” en aprender a hacer eso, algún día, quizá pronto, quizá tarde, seguro nos dará sus frutos.
Hace tiempo que me di cuenta de que todo miesfuerzo y dedicación en los estudios no era en balde; me servía realmente, en mi día a día podía percatarme de que todo lo que había hecho eran muchas cosas menos desperdiciar el tiempo.
Tambiéngracias a la suerte este tiempo de dedicación me sirve para sacar buenas notas. Pero antes que buenas notas, reconocimientos o conseguir ser el primero, yo prefiero llegar al final con la concienciatranquila de que no pude hacer ya más.

Han transcurrido ya en torno a seis años desde el momento en que titubeante, pero con inalterable ilusión, inicie mi etapa en la educación secundaria. Son muchaslas anécdotas que dejó atrás, tanto a nivel personal como estrictamente académico; de cualquier manera, todas éstas han ejercido un notable influjo en lo que a la configuración de mi forma de ser y deentender el mundo se refiere.
Y es que, a propósito de lo anterior, nadie duda -y yo tampoco soy una excepción- del valor socializante que tradicionalmente se le ha conferido a las instituciones...