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CONTRIBUCION AL PROBLEMA DE LA VIVIENDA[1]
PREFACIO A LA SEGUNDA EDICION DE 1887
La presente obra es la reimpresión de tres artículos que escribí en 1872 para el «Volksstaat» [2] de Leipzig. Precisamente en aquella época llovían sobre Alemania los miles de millones de francos franceses [3], el Estado pagó sus deudas; fueron construidas fortificaciones y cuarteles, y renovadoslos stocks de armas y de municiones; el capital disponible, lo mismo que la masa de dinero en circulación aumentaron, de repente, en enorme proporción. Y todo esto, precisamente en el momento en que Alemania aparecía en la escena mundial, no sólo como «Imperio unido», sino también como gran país industrial. Los miles de millones dieron un formidable impulso a la joven gran industria; fueron ellos,sobre todo, los que trajeron después de la guerra un corto período de prosperidad, rico en ilusiones, e inmediatamente después, la gran bancarrota de 1873-1874, la cual demostró que Alemania era un país industrial ya maduro para participar en el mercado mundial.
La época en que un país de vieja cultura realiza esta transición —acelerada, además, por circunstancias tan favorables— de la manufacturay de la pequeña producción a la gran industria, suele ser también una época de «penuria de la vivienda». Por una parte, masas de obreros rurales son atraídas de repente a las grandes ciudades, que se convierten en centros industriales; por otra parte, el trazado de aquellas viejas ciudades no corresponde ya a las condiciones de la nueva gran industria ni a su gran tráfico; las calles sonensanchadas, se abren otras nuevas, pasan por ellas ferrocarriles. En el mismo momento en que los obreros afluyen en gran número a las ciudades, las viviendas obreras son destruidas en masa. De aquí la repentina penuria de la vivienda, tanto para el obrero, como para el pequeño comerciante y el artesano, que dependen de la clientela obrera. En las ciudades que surgen desde el primer momento como centrosindustriales, esta penuria de la vivienda es casi desconocida. Así son Manchester, Leeds, Bradford, Barmen-Elberfeld. Por el contrario, en Londres, París, Berlín, Viena, la penuria de la vivienda ha adquirido en su tiempo formas agudas y sigue existiendo en la mayoría de los casos en un estado crónico.
Fue, pues, esa penuria aguda de la vivienda, ese síntoma de la revolución industrial que sedesarrollaba en Alemania, lo que, en aquel tiempo, llenó los periódicos de discusiones sobre el «problema de la vivienda» y dio lugar a toda clase de charlatanerías sociales. Una serie de artículos de este género vino a parar al «Volksstaat». Un autor anónimo, que se dio a conocer más tarde como el señor doctor en medicina A. Mülberger, de Wurtemberg, estimó la ocasión favorable para aprovechar estacuestión e ilustrar a los obreros alemanes sobre los efectos milagrosos de la panacea social de Proudhon [4]. Cuando manifesté mi asombro a la redacción por haber aceptado aquellos singulares artículos, me pidieron que los contestase, y así lo hice. (Véase la primera parte: "Cómo resuelve Proudhon el problema de la vivienda"). Poco después de aquella serie de artículos escribí otra, en la cual,basándome en un libro del Dr. Emil Sax[5], examiné la concepción burguesa filantrópica de la cuestión; (Vease la segunda parte: "Cómo resuelve la burguesia el problema de la vivienda".) Después de un silencio bastante largo, el Dr. Mülberger me hizo el honor de contestar a mis artículos [6], lo que me obligó a publicar una contrarréplica (véase la tercera parte: "Suplemento sobre Proudhon y elproblema de la vivienda"), la cual puso fin tanto a la polémica como a mi trabajo particular sobre esta cuestión. Tal es la historia de aquellas tres series de artículos que se publicaron también en folleto aparte. Si hoy es precisa una nueva edición, lo debo, sin duda alguna, a la benévola solicitud del Gobierno del Imperio alemán, quien, al prohibirla, hizo, como siempre, subir de un modo enorme la...
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