Una mente inquieta
Si analizamos el trastorno en sí parece difícil pensar que podamos llegar amanifestar tales aspectos como la manía o la depresión en todo su apogeo de la manera en que se describe. En este punto lo que realmente tiene valor diagnóstico es el origen del trastorno, todo aquelloque contextualiza a la persona que lo sufre y, consecuentemente hace que manifieste en una forma más o menos grave las manías y/o depresiones. En este caso nos encontramos delante de una mujer que,de niña, ha cambiado mucho de vivienda, el padre ha estado ausente parte de su vida, por trabajo, le han sido permitidas prácticamente todas sus inquietudes y su relación con los hermanos no era deltodo buena, sobre todo con la hermana. La pregunta es, ¿cómo pueden estos acontecimientos llegar a desarrollar el trastorno? Debemos hablar, entonces, de la vulnerabilidad de la persona. El cómo se vivees la parte más subjetiva e individual de cada uno, es decir, que no te va a afectar de la misma manera que a la autora el hecho de cambiar de vivienda en varias ocasiones, por ejemplo.
Una vez eltrastorno iniciado, como suele pasar en cualquier situación ‘chocante’ de la vida, la primera reacción es de rechazo. Un rechazo al trastorno, a no querer asumirlo, a no creerte que esto te puedaestar pasando a ti. Esto provoca que tú sigas tu vida como si nada, haciendo lo que haces cada día, sin darle importancia (o por lo menos no toda la que deberías darle) a lo que tienes delante- me refieroal trastorno- y pensar que todo es pasajero y que ya llegaran tiempos mejores. Pero esto no es un resfriado, cuando empiezas a sentir y a no sentir, a notar que tus emociones y afectos no son lo...
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