umbral
Un lugar extraño
La mujer que estaba a su lado le tomo la mano con cariño en un gesto para reconfortarle, quizás de tranquilizarla un poco, aquella mujer era su madre, pero no recordaba aquella mujer en ningún fragmento de su memoria así que se limito a sonreírle, aunque en cierta manera esa cercanía le hacía sentir incomoda.
Aquella era una bonita casa, el auto subió por elarcén hacia un camino de cemento hacia donde se encontraba aquella casa cubierta por una espesa naturaleza. Cuando bajo del auto y miro aquella gran casa de dos plantas quedo un poco sin aliento, era un lugar magnifico, hermoso pero aun así, era un lugar entraño para ella.
El viento soplo ligeramente haciendo que su cabello bailara al ritmo de las ramas y las hojas de los arboles, aquel vientole trajo un poco de serenidad.
Lene toco el hombro de su hija y esta se vio sorprendida por un momento.
—Lo siento. No quise asustarte.
—No importa, estoy un poco nerviosa —se disculpo—, no recuerdo nada y no sé cuando me acostumbrare a esto. Es una casa magnifica —agrego al ver la cara de Lena.
La mujer sonrió.
—Lo se lo sé, debo acostumbrarme a que debes recuperar la memoria —suspiro—. Mecostara un poco adecuarme a eso. Anna, cariño espero que esto no sea un trance difícil para ambas. Luego de lo de tu padre, yo… —La voz de Lena se estaba quebrando y Anna sintió algo de culpabilidad, si tan solo pudiera hacer algo por ella—. Discúlpame, estoy sobre pasando el limito. Sera mejor si entramos.
Lena abrió la puerta la que Anna pudiera entra. Una vez dentro la casa lucía realmentehermosa, como esas casas que aparecen en las revistas. El color de las paredes era de un gris salmo, muy tenue que le hacía sentir tranquila, el suelo era de madera pulida y los muebles en su mayoría era de metal negro, de colleres blanco o de madera. Una casa preciosa en realidad.
Anna pasó una mano sobre unos de los muebles para sentir su textura. Era impresionante que teniendo una casa como aquellano pudiera recordar haber vivido allí. Miro el titulo de su madre colgado en la pared, en un sitio estratégico para que quien entrara por la puerta lo viese. Abogada.
—¿Eres abogada? —pregunto sorprendida.
Lena estaba colocando su bolso en una mesa cerca de la puerta de entrada.
—¿ah?, sí cariño.
—Pero me dijiste que trabajas con bienes raíces. —Su voz sonó acusadora, era como si no fueraella. Fue algo familiar, quizás estar en casa si la ayudaría.
Lena también se había percatado del tono que había usado su hija y sonrió.
—Tengo mi propia agencia, no me dedico a lo legal desde que me case con tu padre, más bien nunca lo hice. Solo lo he hecho cuando mis propios negocios me lo han exigido, y eso ha sido casi nunca. Preparare la cena —le dijo.
—Bien.
Se sintió un poco mal por eltono que había usado, pero al parecer a Lena no le había importado por lo que deicidio guardarse sus disculpas para otra ocasión.
—Sube a tu habitación, si lo desea. Cristina y Verónica me dijeron que pasaría esta tarde para verte. Ya que no deje que nadie te molestara en el hospital me pareció bien dejarlas venir, quizás ellas te a… te pongan al día.
Anna noto el cambio rápido en sus palabras,pero no dijo nada.
Subió las escalera a y entro en la primera habitación como le había dicho Lena.
No esperaba recibir visitas, mucho menos de dos amigas de las que no recordaba nada y con las que seguro no sabría cómo actuar. Eso de estar desmemoriada no era lo suyo, no recordaba nada, no recordaba a su madre, no recordaba a sus amigas y no recordaba a aquel hombre que era su padre y que solola llamo por teléfono cuando despertó.
Su mente viajo hasta aquel momento tan incomodo.
—Hola.
—Anna, me alegro de que este bien, lamento no poder estar a tu lado en este momento. —Silencio—. En verdad lo lamento.
Se escucharon las voces de una niña pequeña.
En ese momento sintió rabia y los ojos se le cargaron de agua, pero no supo definir porque. Lene estaba en la habitación con ella, era...
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