tambien la lluvia
El miércoles 12 de junio alumnos de 6to grado de la Escuela Nº 11 de la ciudad de Quilmes visitaron el Museo de Ciencias Naturales de La Plata. Al bajar del colectivo que los llevó hasta el lugar formaron fila en las escalinatas del edificio delimitadas por las esculturas de dos “temibles” leones. De arquitectura estilo neoclásico,tras atravesar un palier donde se erigen imponentes columnas, la puerta de madera maciza consta de varias hojas, aunque sólo hay una abierta; -por su tamaño pasan dos personas por vez- parece decir que al inmenso caudal de conceptos, saberes, objetos, ingresan pocos. ¿O eso habrá sucedido porque era día de semana y los recién llegados venían de una escuela, ergo hay que maximizar el control?
ElMuseo fue fundado cuando, entre otros cambios significativos que marcaron el fin del s. XIX, el Estado Nación argentino comenzaba a consolidar sus bases –no las de Alberdi, sí las de Mitre-; había corrido a tiros y exhibido las cabezas de sus oponentes colorados, caudillos federales, y se daba la planificación de una República; realizaba el censo que daba cuenta de la vasta y heterogénea poblacióninmigrante y nativa (los pocos que habían sobrevivido a las levas forzosas en pos de “defender” la frontera contra el “indio” y aniquilar al Paraguay en la guerra de la Triple Alianza) que habría de ser educada, -en 1884 sancionó la Ley de educación primaria obligatoria- conducida a través de sus maestros norteamericanos por los caminos del progreso y la civilización, lema positivista de la iluminadaGeneración del ’80,
En 1905, tras la inauguración de la Universidad Nacional de La Plata, el Museo pasó a depender de ella, sumando las actividades de investigación y la enseñanza superior de las ciencias naturales. La institución se transformó así en lugar educativo, de recreación, de construcción y transmisión de conocimiento científico y le dio a la ciudad cierta jerarquía por ser el másimportante de América Latina.
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Según reflexiona Silvia Alderoqui los espacios no hablan por sí solos (¿?), “las explicaciones no se encuentran en los muros, ni en las calles, sino en las relaciones que se establecen y que permiten organizar lo que observamos otorgándole un sentido a los objetos materiales”. Aquí es preciso advertir que si bien esa resignificación está en poder de la creatividadcon que los maestros habiliten la pregunta, la repregunta, la indagación y el debate de sus alumnos, la disposición edilicia, la actitud y la palabra de las guías del recorrido hablan de un sentido ya impuesto, intocable, indiscutible. Por ello se torna doblemente desafiante para el docente asumirse como sujeto crítico frente a sus educandos y frente a una institución donde los cambios culturalese históricos no ingresan, no la interpelan.
La tensión de la que habla Nassif respecto del doble sentido de la educación (educare y exducere) se dirime en los propósitos de la visita y en el abordaje que de los contenidos aprehendidos por los niños se realice en el aula, aunque el resultado, si coincide con las expectativas de la docente o no, el proceso individual y la resignificación que deellos haga cada alumno forma parte de esa brecha que Antelo define como incalculable. En ese sentido, retomando a Julia Silber, “(…) su objeto que es objetivo –formar- se le diluye en los pliegues de la historia de cada sujeto”.
Asimismo, es interesante destacar lo simbólico de las dos instituciones reencontrándose: la escuela –a través de sus docentes- solicitando al museo ser el complemento parapoder cumplir con la enseñanza de ciertos contenidos `prescriptos en el diseño curricular del nivel primario y el museo relatando su verdad sobre diversos temas concernientes a las ciencias naturales, al desarrollo de la tierra y de la vida de los hombres, los animales, la plantas. Todo un símbolo, teniendo en cuenta el análisis que la pedagoga citada hace al evaluar que la incorporación de las...
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