si yo fuera mujer
Manifiesto sobre el aborto
Instituto Emmanuel Mounier - Asociación Civil
Las mujeres y los hombres que formamos parte del Instituto E. Mounier, frente a quienes propugnan hoy una nueva ley del aborto, afirmamos:
El valor inviolable de la vida humana
Afirmamos que toda vida humana tiene una dignidad y un valor inviolables. Ninguna consideración legal, cultural, política, científica oeconómica puede autorizar a disponer de esa vida y mucho menos a eliminarla. Ninguna votación puede legitimar un atentado contra la vida humana.
Porque estamos hablando de vida humana
Desde el momento de la concepción estamos en presencia de una vida humana diferente a la de la madre que la alberga y del padre que contribuyó a engendrarla. Esta realidad es indiscutible. Por la aplicación delprincipio de prudencia, bastaría incluso con que cupiese la menor duda al respecto para que, por precaución, se protegiera esa vida humana. Por lo tanto, es a aquellos que defienden que esa vida humana puede ser eliminada a voluntad a los que corresponde la carga de la prueba: si no pueden probar, más allá de cualquier duda razonable, que no estamos tratando con una vida humana diferente de la madre,tampoco pueden defender la legitimidad de su eliminación.
El aborto no es un derecho
Nadie tiene derecho a disponer de una vida humana. El fruto de la concepción no es una parte del cuerpo de la mujer, sino una vida humana diferente, y, por tanto, no se le puede reconocer a la mujer el derecho a abortar.
El carácter socialmente conservador-reaccionario del aborto
Para algunas mujeres, quedarseembarazadas supone enfrentarse a un drama, porque puede llevarles a perder su empleo, sufrir rechazo social, etc. En lugar de afrontar estas circunstancias objetivas de injusticia y apoyar a las mujeres para que en ningún caso vean recortados sus derechos y su bienestar por la maternidad, el aborto representa una medida conservadora que deja intactas las situaciones de opresión de la mujer yresponsabiliza a ésta de “resolver su problema”. Es la solución fácil, conservadora e insolidaria. Se da la espalda a la mujer, de manera que la transformación de las condiciones sociales injustas que la llevan a abortar se hace innecesaria. ¿Para qué destinar recursos a educación sexual, a guarderías públicas gratuitas, a permisos de maternidad decentes (seguimos a la cola de Europa), a medidas laboralesy sociales que protejan efectivamente a la mujer y a su familia? Para muchos, en esta sociedad, es mejor que aborte; así podemos mantener la tranquilizadora ficción de que es ella quien decide libremente y podemos mantener el orden socioeconómico establecido. Que ella se apañe con su drama. Frente a este cinismo, nosotros decimos ¡no!: todos y cada uno somos responsables.
El aborto, formaextrema de violencia contra la mujer
En la propaganda oficial se incide exclusivamente en aquellas situaciones más dramáticas en las que una mujer quiere abortar y no se le permite hacerlo. ¿Es menos dramática la situación de aquellas mujeres que no desean abortar y se sienten presionadas a ello por su pareja, su empleador o su familia? ¿Sólo las mujeres que desean abortar son dignas de apoyo? Nopodemos cerrar los ojos a la realidad: lo que se intenta presentar como un derecho de la mujer, como un progreso en la emancipación femenina, demasiadas veces no es más que una terrible forma de violencia contra la mujer, en aquellos casos en que el aborto se produce por la presión de la pareja, la familia, el empleador o el qué dirán. Esta realidad incómoda es especialmente patente en casos como elfeminicidio prenatal masivo en la India (por la presión social: la necesidad de dar una dote a las hijas puede llevar a la miseria a una familia) o en China (por la suma de la presión gubernamental y su política del hijo único, y el machismo social que prefiere que el hijo único sea un niño). Millones de mujeres son eliminadas cada año antes de nacer sólo porque son mujeres. Presentar como...
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