Servicio Publico
Nelson Chitty La Roche
Lunes, 4 de octubre de 2010
Toda persona cuenta con una vocación que descubrir y cultivar. Algunosposiblemente no la descubran jamás, resignados atareas que sirvenpara la mera supervivencia. Otros la avistarán a tiempo, empeñándose ydesempeñándose lo mejor que pueden. Habrá quienes desean grandesfortunas materiales, mientras que otros sentirán unaenormesatisfacción personal, moral y espiritual con lo que hacen, aunque noles reporte exagerados beneficios personales. En éste último renglónpodemos ubicar la vocación de servicio público, sobretodo en quienestrabajaron por largo tiempo para el Estado. E, importante, quienes hoydesean hacerlo por un tiempo suficiente para realizarse comociudadanos, llevar una vida honrada, perfeccionarse en suslabores,recibir un salario justo y una adecuada seguridad social, además detener garantía de un retiro o de una jubilación digna. Sin embargo, noes lo que ocurre y, más de las veces, el empleadopúblico está sujetoa una inclemente presión político-partidista, no puede reclamar susjustos derechos y constituye algo así como el ejército de reserva paratoda actividad proselitista donde esté empeñadala palabra de HugoChávez y de sus seguidores.
Se dirá que esto no es nuevo y hay razones para pensarlo así, pero (enla democracia alternativa que realmente fuimos) hubo importantesiniciativas como laLey de Carrera Administrativa para garantizar laestabilidad laboral de los que ejercían funciones en la administraciónpública y, por si fuese poco, con un respeto convincente de laautonomía sindical.Soñamos y es posible realizar ese sueño, en quelos trabajadores y empleados del Estado ¡que pertenece a todos! seespecialicen verazmente en sus tareas, puedan desarrollar aptitudescreativas bajo elsigno de la responsabilidad, el equilibrio, lasobriedad, la competencia y la solvencia moral. Bolívar y todos losque hicieron la independencia fueron grandes servidores públicos ymuchos de ellos...
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