Resumen De Gina
Juro que durante años me propuse ser una buena esposa. En mis adentros, ser esposa se relacionaba, más que con el amor de pareja, con la imagen idílica del hogar: el papá, la mamá, los niños revoloteando en torno a ellos. Por eso, la decisión de casarme estuvo directamente relacionada con la de engendrar un hijo. Era el inicio de la gran empresa, equivalía a poner la primera piedra de unedificio cuyo pivote y eje no era Ariel ni tampoco yo sino lo que resultaba de nuestra unión. Aún ahora hacen parte de mí. Dejar a Ariel no fue fácil, sabía que al hacerlo renunciaba para siempre a ese sueño. Dicen que entrar en la madurez es conocer y aceptar la diferencia entre l deseable y lo posible.
Pero la verdad no soy quién para venir a hablar de madurez, pues sigo siendo la chiquilla quecorre tras los patos en un remoto estanque de la infancia. Dejar a Ariel tenía que ver con todo esto, aunque en ese momento yo no lo supiera. Aquella noche Ariel llegó borracho. A las dos me despertó el ruido del carro. Siempre fue un buen borracho jamás hizo escándalo y sin excepción se dormía rápido, Ariel adivinó que no dormía y de un momento a otro comenzó a hablarme; me contó que estuvieronRodolfo Jiménez y Hernán Campos, además de Nora, David y José Manuel. En el patio chillaban los grillos. Nunca me han gustado esos bichos. No me gusta que los pensamientos se impongan de ese modo, la forman toman a una con la guardia baja. Luego, cuando el sueño comenzó a envolverme y mi mente regresó al sofá, traía estas palabras revolviéndose en mi boca. Me tomó poco tiempo descubrir que él eraincapaz de asumir la fuerza que se arremolina en su pecho. Desde el primer momento admiré en él esa fuerza instintiva. Yo no lo sabía, solo sabía, como las ratas con el agua al cuello, que el banco se estaba hundiendo, y que más temprano que tarde habría que saltar. Tal vez por ese motivo, desempacan sólo lo indispensable: la ropa, los trastes de la cocina, unos cuantos libros y objetos personales.Gina y las niñas se, mudan a un sitio más cercano. Gina descarta al azar tres de las que siguen apiladas por ahí… Apenas han terminado de acomodarse aquí, cuando se entera de que, junto al que ocupa Luisa, quedará un apartamento libre. Gina no lo dudo, la cercanía de Luisa era más importante. Ahora frente a la ventana rota y al sucio desorden que dejaron. El Marciano, como bautiza desde el primermomento a su Volkswagen modelo 72. El Marciano se transforma pronto en un miembro más de la familia. Algunos sábados sube a las chiquillas en E.T. (nombre abreviado de El Marciano) y se van a explorar la intricada red de caminos que se adentra en las montañas. Ya era suficiente el escándalo que produjo en su familia el que estuviera viviendo con un negro. Gina no tuvo el pretexto ni inventó lailusión de un amor fulminante para irse a vivir con Marvin. Gina estaba cansada que olvidó el simulacro y sólo se acostó. A su lado Gina duerme con los ojos apenas entreabiertos Marvin la está mirando su cabello castaño revuelto los párpados sacudidos de un tanto en tanto por un estremecimiento, la respiración pausada del sueño. El mismo ¿Cómo iba a sospechar que viviría un día con una paña? Anteshubiera pensado que lo haría con una gringa o una europea. Parpadeando, trató de imaginar cómo sería una infancia sin la presencia definitiva del mar. Por un momento, Gina perdió el compás de la respiración; sus ojos se estremecieron y en seguida volvieron a quedar inmóviles.
De la visita a San José no conserva muy buenos recuerdos, pues el frio lo atormentó desde el primero momento. Recuerda lasnoches nebulosas en el barrio donde vivía su tía Lucy. Por más que lo intentó, Gina no pudo mantenerse al margen de las intrigas, chismes, dimes y diretes que circulan a diario aquí en Puerto Viejo. La relación con Marvin había alcanzado un punto que consideraba justo a llamar “de madurez”. A diferencia de ella, Marvin visitaba el pueblo con frecuencia y se encontraba con amigos y amigas. El...
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