¿Qué motivo hay para la esperanza?
¿Qué esperanzas existen, en unostiempos que parecen verdaderamente oscuros, de que la UE pueda no solo sobrevivir, sino salir adelante? Para empezar, es necesario ser conscientes de que las causas de la crisis son numerosas. Algunas se encuentran más allá de la propia Europa —-sobre todo, la agitada situación de la economía mundial— mientras que otras están relacionadas con defectos de las instituciones de la Unión. La UE semueve despacio y no está bien equipada para hacer frente a situaciones que exigen acciones urgentes e inmediatas. La mayor parte del debate se ha centrado en el hecho de que el euro se creó sin un respaldo fiscal y sin un prestamista de último recurso. Pero la misma importancia tiene el hecho de que la convergencia económica que se suponía que debía producirse entre los países más ricos y los máspobres no se ha hecho realidad. La Agenda de Lisboa, concebida para convertir la economía de la UE en “la más competitiva del mundo”, acabó ignorada por los países que más la necesitaban, en especial los países del Sur. Por ejemplo, en vez de impulsar reformas en los sistemas de pensiones, la sanidad o el mercado laboral, los Gobiernos se limitaron a cumplir sus compromisos. Se fue abriendo una granbrecha entre el Norte y el Sur, y la economía de Alemania se convirtió en la más pujante.
La lista de problemas que afronta la UE es verdaderamente tremenda. No es extraño que parezca reinar la confusión y que muchos ciudadanos estén dando la espalda a la Unión. El nacionalismo está volviendo a aflorar en toda Europa. ¿Qué motivo hay para la esperanza? Curiosamente, el motivo se encuentra, engran parte, en la conmoción que ha causado la propia crisis. En una situación así surgen innovaciones mucho más radicales e inmediatas que en épocas más tranquilas. Es obligatorio encontrar una solución eficaz a corto plazo para las dificultades del euro. Supongamos que —quizá con cierta dosis de ayuda exterior— el euro sobrevive, cosa que todavía parece lo más probable. Al contrario de lo que dicenmuchos, el mejor resultado, a estas alturas, sería que se conservara la eurozona con todos sus miembros, los 17 países, incluido Grecia. Tal vez esa sea la única forma de lograr las reformas necesarias en los países que peor lo están pasando. Un reciente estudio detallado de Euro Plus Monitor indica que la convergencia que no se produjo cuando se estableció el euro está llevándose a cabo ahora atoda velocidad. El trabajo clasifica los países de la eurozona en función de su salud económica total y la rapidez con la que están haciendo los ajustes económicos. Los países a los que de forma muy grosera se empezó hace tiempo a denominar PIGS (Portugal, Irlanda, Grecia y España) están en los seis primeros puestos por lo radical de sus reformas. Están abriendo los mercados laborales, elevando laedad de jubilación, adelgazando voluminosos organismos oficiales y disminuyendo la evasión fiscal. Como han probado las experiencias anteriores de otros países más prósperos, esos cambios son la condición indispensable para seguir teniendo un Estado de bienestar eficiente, el “modelo social europeo”.
Grecia ocupa el último lugar de los 17 países por su situación económica general, pero el...
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