Proyecto de vandalismo
Bien, durante las invasiones bárbaras habían dos tipos de i nvasión: la pacifica y la violenta, en esta estaban los visigodos, los hunos, los anglos y sajones, los herulos, los ostrogodos y los vándalos.
Los vándalos: recorrieron la Galia (año 406), luego España (en el 420, fueron vencidos por los visigodos. ROma fue saqueada por los vándalos, guiados por su jefe Genserico.
losvándalos cuando invadían hacían saqueos, por eso ese término kedo así y se usa hasta la actualidad.
suerte
espero te haya servido.
Vandalismo: «Tendencia a devastar y destruir cualquier cosa con obtusa maldad, especialmente si es bonita o útil.» Así lo define el Diccionario Zingarelli, que no recuerda el origen del sustantivo, limitándose a mencionar la tribu bárbara que saqueó Roma en el año 455.«Vándalos» era el antiguo nombre de esos terribles germanos. Pero sólo en 1794 nació la palabra «vandalismo», por obra de Henri-Baptiste Grégoire, el cura que, desde el principio hasta el final, estuvo con la Revolución francesa; que fue uno de los promotores de aquella Constitución Civil del clero que provocó muerte, deportación o destierro a miles de sus hermanos que se negaron a jurarla (los«refractarios»); que quiso ser elegido obispo «democrático y constitucional» de Bois; que fue uno de los más intransigentes en pedir la guillotina para Luis XVI («Los reyes -dijo- son en el orden moral lo que los monstruos son en el orden material»); que murió muchos años después, en 1831, declarándose aún y siempre católico, pero negándose a reconciliarse con Roma. Y al que en ocasión de lascelebraciones de 1989 el presidente Mitterrand hizo trasladar a una tumba del Panteón, entre las glorias de Francia.
La historia enseña que siempre hay «capellanes» al lado de cualquier personaje y cualquier movimiento sociopolítico que llega al poder o que de alguna forma consigue atención y prestigio. Para seguir en nuestro siglo, vimos a curas proponiendo un cierto «modernismo» religioso, también encomplaciente respuesta al liberalismo político, y por lo tanto como manera de alistarse en las filas de la burguesía triunfante antes de la Gran Guerra. Vinieron después los curas fascistas, que desfilaban en formación frente a Mussolini en la vía del Imperio, levantando el brazo en el saludo romano y luciendo medallas de guerra en la sotana. Hasta el fascismo agonizante de la república de Salòtuvo sus «asistentes espirituales», virulentos y antisemitas, a veces, como aquel don Calcagno con su Cruzada itálica, quien acabó fusilado en una plaza de Milán. Luego fue el turno de los curas comunistas o por lo menos simpatizantes y electores, cuando no elegidos. Soplan ahora otros vientos, y aquí aparecen nuevos capellanes para los nuevos astros: los socialistas de la máxima eficienciaproductiva en lo público y el hedonismo en lo privado, o los demócrata-liberales, que han vuelto con gran potencia y gloria.
Siempre ha sido así, desde la época de Constantino (quizás incluso antes), y así será siempre: lo importante es ser conscientes de ello y no dejarse impresionar por tanto revolotear de sotanas -metafóricas, ya se sabe, pues se han abandonado los hábitos eclesiásticos- alrededor dehombres e ideologías besados por la fortuna, el poder o simplemente la moda.
Pero sin olvidar nunca que la decisión de estar en el bando que parece «justo» en un momento dado no siempre se basa en el oportunismo,
o en el deseo de ser aceptados, arrebatar un poco de aplausos, librarse de los peligros y la soledad de quien va a contracorriente.
Muchas veces se basa en la buena fe de quien trata deevitar mayores problemas a la Iglesia y a los creyentes, actuando desde el interior del palacio. Se basa en la conciencia, aunque deformada, de que el cristianismo no es una doctrina fuera del tiempo, flotante en el aire, por encima de la historia, sino el anuncio de un Dios que ha tomado tan en serio esta historia como para comprometerse con ella hasta el final, asumiendo no solamente el...
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