pepepepes
Laastucia de las letras suplementarias.
Se tomó entonces la costumbre de "agregar" letras no para "hacerse el sabio" en relación con el íatín, como se creyó durante mucho tiempo, sino para señalarciertas particularidades de pronunciación. Así por ejemplo, retomando el caso mencionado, una o agregada al final de pie señalaba la palabra pied (pie) y no la palabra pie (piadoso; urraca).
Losprimeros textos escritos en castellano que se conservan también tratan de reflejar la fonética agregando o variando las letras. Para sonidos sibilantes, por ejemplo, se usaba la ss (como nuestra smoderna), la s (para el sonido entre vocales, como la s francesa), la z (aproximativa al sonido ds), la c o c(semejante a ts) y la x (como sh inglesa). La h, que es muda, recuerda la presencia de una en ellatín (fariña-harina; fermosa-hermosa). De esta manera, entre los siglos XIII y XIV, las palabras se fueron sobrecargando de letras que ahora nos parecen inútiles, pero de las cuáles descubrimoshuellas en la lengua cotidiana. La d agregada ai final de pie subsiste en palabras como pedestre (pedestre), pédale (pedal) bípede (bípedo), etcétera. Esas letras tenían una función importante: estaban...
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