Nueva Economia
Jaime Lozano
La nueva economía institucional (NEI) no cuestiona de frente a la economía neoclásica. Sin embargo, institucionalistas como Coase, Eggerston y North sostienen que en el futuro la economía será institucional. No existirá economía más que la de las instituciones. En esta misma dirección Furubotn y Richter comienzan su libro al presentar las razonespor las cuales existe una amplia insatisfacción con la economía convencional.
En las últimas dos décadas los críticos de la economía neoclásica señalaron la precariedad de las teorías de la producción y del intercambio vigentes. Podría decirse que la fuerza de la NEI surge de estas insatisfacciones y que por ello no es raro escuchar la recuperación de la clásica definición de la economía como laciencia social de la riqueza.
Este libro es un buen intento de condensar en un manual las principales ideas de la Nueva Economía Institucional. El texto se inscribe en la tradición de la economía de los costos de transacción, los derechos de propiedad y la teoría de los contratos. Los autores insisten a lo largo de todo el libro en la necesidad de concentrarse en los puntos de contacto entre laeconomía y disciplinas como la antropología, la ciencia política, la sociología y las ciencias cognitivas. De todas ellas es necesario extraer herramientas que junto con las de la microeconomía han sido útiles para replantear supuestos sobre la racionalidad, la información, los costos de transacción y darle paso al análisis de las principales instituciones: el mercado, el Estado y la empresa.
Ellibro está dividido en diez capítulos. Después de una buena introducción, en la que se señalan los principales cambios en términos de supuestos y conceptos que trae consigo la nueva economía institucional, sigue un capítulo en el que se define el sentido de la principal herramienta heurística del texto, el concepto de costos de transacción. Para los autores el reconocimiento del hecho de que estoscostos no son nulos en la realidad representa el origen de toda la problemática neoinstitucionalista. El libro sigue con dos capítulos sobre derechos de propiedad; uno, quizás el más extenso de todo el libro (85 pp.) sobre teoría de los contratos y después de un capítulo sobre el mercado, uno sobre el Estado y otro sobre la empresa, el libro termina con unas notas sobre el desarrollo futuro de laeconomía institucional.
Una de las herramientas más útiles para quienes se están introduciendo al tema desde esta perspectiva se encuentra al final de cada capítulo. Allí los autores ofrecen un listado de lecturas recomendadas para tener mayor claridad conceptual, mostrar algunas posiciones críticas y en ocasiones señalar los estudios que aplican estas herramientas a la realidad económica.
El librose desarrolla a lo largo de una tensión permanente y evidente entre la honestidad intelectual que se muestra por las limitaciones que todavía tienen las principales categorías del análisis institucional y la presentación persuasiva de sus ventajas analíticas e instrumentales. Aunque el libro nombra autores de otras vertientes institucionalistas como Commons y algunos exponentes del historicismoalemán, en la mayoría de los casos los presenta como aportes de una etapa que la nueva economía institucional ha superado por su perfil analítico y poco hostil al trabajo teórico abstracto (p. 2). Esta característica podría interpretarse como un defecto, si se tiene en cuenta que cada vez son menos claras las diferencias irreconciliables entre el viejo institucionalismo de la tradición de Veblen yCommons y el nuevo (Rutherford, 1994).
El libro tiene una ventaja importante con respecto al tratamiento que se le da al análisis de los costos de transacción. La verdad sea dicha, el concepto no está muy bien desarrollado, incluso no tiene una sola dimensión de análisis, hay autores que incluso hablan de varias definiciones de costos de transacción (North, 1990). Una de las virtudes del...
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