Mar a Cristina Restrepo

María Cristina Restrepo
María Cristina Restrepo ha publicado libros de ensayo, cuento, novela y crónica: El olvido en la obra de Marcel Proust (1986), La vieja casa de la calle Maracaibo (1989), Atardecer (1990), De una vez y para siempre (2001), Amores sin tregua(2006), La mujer de los sueños rotos (2009), El miedo, crónica de un cáncer (Luna Libros, 2010),Lo que nunca se sabrá (2011).Profesora universitaria, es licenciada en Filosofía y Letras y Educación y tiene estudios en Lenguas Modernas, Historia del Arte y de la Civilización. Ha traducido al español obras de H. D. Thoreau, Mark Twain, Ambrose Bierce, R. L. Stevenson, Oscar Wilde, W. Somerset Maugham y Jane Rausch, entre otros autores. Publica en distintas revistas y se desempeña como administradora y gestora cultural. Hace partede consejos editoriales de varias publicaciones periódicas. Fue directora de la Biblioteca de la Universidad Eafit en Medellín (2002-2008).
De María Cristina Restrepo, que nació en Medellín en 1949, podría decirse que es ahora una escritora avezada. Desde joven eligió dedicarse a las letras pero, más allá del menester de creación, siempre estuvo latente la necesidad de aprendizaje. (Vea más de laserie Plumas de Antioquia)
Ella es una académica, no por esto una mujer más racional que emocional. Es probable que las ciencias sociales sean de su preferencia y, cómo no, si las páginas de sus libros se convierten en laboratorios de investigación humana en donde la principal hipótesis es no tener ninguna.
Habló con EL TIEMPO.
Usted es una importante representación de las letras femeninas deAntioquia, ¿cree que es necesario hacer la salvedad con el género?
Las letras, como las demás artes, como las ciencias, como tantas actividades del hombre, tienen un carácter universal donde no caben esas diferenciaciones. Hablar de literatura femenina está tan fuera de lugar como hablar de arquitectura femenina, de medicina femenina, de música femenina, de pintura femenina. Tampoco puede aplicarseaquello de literatura local, literatura regional, literatura universal. Simplemente hay buena y mala literatura.
Creo que en el caso de las letras se ha hecho tanto énfasis en eso de llamarla femenina cuando es una mujer la que firma el libro, por el silencio que hemos mantenido en términos generales a lo largo de la historia, con honrosas excepciones, claro está. Pero es sólo en el siglo XX cuandolas mujeres perdemos el temor a expresarnos, a crear, a exponernos a la mirada del otro, a romper las barreras del mundo privado para decir algo, para denunciar, para proponer nuevas maneras de abordar la vida.
Hay que pensar en el esfuerzo de mujeres como George Sand, que en realidad se llamaba Aurora Dupin pero que recurría a un seudónimo masculino para que le publicaran sus novelas, en elaislamiento de las hermanas Brönte, en Colombia en una Soledad Acosta de Samper por ejemplo, en la ruptura intelectual que significó el trabajo de Virginia Woolf, Vita Sackville—West y las demás integrantes del grupo de Bloomsbury. Afortunadamente se atrevieron a tener “una habitación propia”, abriendo el camino a tantas otras escritoras que hoy leemos con interés, con verdadero placer, y de lascuales tanto podemos aprender.
Son ahora más de 25 años en constante producción literaria a partir de su primera publicación. ¿Cómo es regresar atrás? Además, ¿de qué goza hoy que antes podía ser una añoranza?
No me gusta regresar atrás pero a veces lo hago como un ejercicio de aprendizaje.
Al retomar un viejo libro veo los lugares comunes en los que sigo incurriendo, la repetición de ideas, lospasajes que pude haber mejorado, las descripciones que faltaron, la pobreza de algunos diálogos, la falta de ambientación, incluso los errores que se cometen al editar el libro, y que por más que se cuente con un buen editor, como afortunadamente ha sido siempre mi caso, ocurren. También veo algunos aciertos, pero me fijo más en lo que puedo mejorar.
Hoy disfruto mucho más que en el pasado del placer...