Luna de avellaneda
La película nos muestra un quiebre, un corte. La primera escena alumbra un tiempo feliz, presentado con caracteres míticos, en el que las familias de un barrio se encuentran alegremente en el club en un baile de carnaval. La escena ilumina un modo de vida en el que la subjetividad se constituía en una familia, con padres que trabajaban, familias que protegían, un barrio queampliaba el espacio de la casa, que, como el vientre materno, preparaba de modo acogedor a los niños para salir a un mundo en el que el tiempo implicaba una cierta previsibilidad y los espacios estaban claramente delineados. El interior de la casa, las calles amigas del barrio y los lugar del club, se complementaban y constituían en su especialidad ordenada y previsible, unas subjetividades cuyotiempo podía transcurrir en una carrera esperable, en un decurso de vida más o menos confiable. Ello podía comportar homogeneidades, semejanzas, pero también soportes y, desde allí a menudo pensamientos y acciones alternativas.
El club de barrio argentino es una institución muy particular. Fundados la mayoría, por lo menos hace más de 50 años, muchos están todavía dirigidos por sus viejosfundadores, en general inmigrantes españoles o italianos que trasladaron desde su patria estas pequeñas comunidades institucionalizadas alrededor de las cuales en muchos lugares, todavía, gira la vida del barrio.
La Provincia de Buenos Aires hoy tiene innumerables problemas: desocupación, drogadicción, jóvenes sin futuro, aguas contaminadas, calles intransitables, robos, muertes, tiros a la noche, chicosviviendo en la más absoluta pobreza, abandonados a su suerte por los adultos y el Estado.
El club de barrio es, en muchos de estos lugares del conurbano, un espacio de resistencia y contención en el que todos los días se empieza de nuevo. Diferente hoy en su función a esos clubes recreativos, donde se jugaba al sapo o al palo enjabonado o se iba a escuchar al cantante de moda. Ver si no, laprimer secuencia de Luna de Avellaneda. Ahí para empezar nomás, el pasado feliz de un pueblo al que lo castigó la propia historia. Mientras suena de fondo "Y siga el baile"...
Hoy algunos de estos clubes funcionan como comedores mientras las paredes se caen, los viejos fundadores juegan a las cartas felices.
Luna de Avellaneda rescata de esas ruinas a esa clase media desolada que "tiene cada vezmenos y necesita cada vez menos". Hay pequeñas comunidades que lo único que tienen es el club de la esquina, comunidades formadas por maestras de escuela, remiseros, desocupados, cuarentones que escuchan sui generis, jóvenes que vuelven a refundar el sueño de sus abuelos, yéndose a España.
Metáfora de un país destruido, convertido en ruinas de políticos que nunca van a parar de robar.
Complejoretrato de una sociedad, después la reciente crisis económica en Argentina, sus personajes que van desde un niño cuyos apoyos están matando a un anciano en su lecho de muerte, un hombre que descubre que su esposa tiene una aventura , un hijo que quiere escapar de la situación catastrófica por emigrar a España, un borracho que se enamora y trata de la reforma, una chica de un barrio de chabolas quequiera aprender ballet. Al igual que en la realidad, las preocupaciones económicas no son nunca muy lejanas de la mente de nadie, pero al mismo tiempo, la vida emocional persiste, como cuando el personaje central, cuyo matrimonio está fallando, va a comprar colonia para tratar de condimentar las cosas y, tras haberle sido notificado el abanico de posibilidades, sólo pueden permitirse los másbaratos, y más acre olor, el olor en los estantes. O cuando un enfurecido divorciada sigue invitando a su ex a una cena romántica en un restaurante de cinco estrellas y, después de ordenar numerosas botellas del mejor champagne, y luego se escabulle dejándole a pagar la cuenta.
Luna de Avellaneda es un emblemático club de barrio que ha vivido en el pasado una época de esplendor y que en la...
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