La revancha laboral de las mujeres
Vivimos en un mundo laboralmente machista. Analizar cómo se llegó hasta este lamentable punto tomaría mucho tiempo y páginas. Por eso prefiero concentrarme en lo que viene ocurriendo desde hace más de una década. A mi entender, hay una justa revancha laboral de las mujeres. El tradicional fenómeno del macho laboral, resabio prehistórico, el que salía agenerar sustento para su pareja y crías, se está cayendo a pedazos inclusive en continentes tercermundistas como el nuestro.
Las diferentes economías – apremiantes en más de un caso como para sobrevivir con un solo ingreso – obligó a que la mujer desde la casa o fuera de ella, sume más ingresos para el bienestar económico de la estructura familiar. Con este ingreso obligado al ruedo laboral, lamujer descubrió tres cosas: Podía competir con igualdad de resultados contra un hombre en más de una faena. Podía generar su propio ingreso económico, lo cual considero que es la base de la verdadera y anhelada independencia femenina. Y el punto más importante: Descubrió que para determinados trabajos en el competitivo mundo de hoy, contaba con habilidades claves que desarrolló durante estahibernación histórica.
Me refiero concretamente a las habilidades de relacionarse y de llegar a acuerdos. Técnicamente llamadas "Servicio al Cliente" y "Ventas". La explicación que daré a continuación parece hogareña pero no por eso es menos ilustrativa. En un mundo históricamente machista, la mujer cumplía el rol de servir a los demás. No sólo a su núcleo familiar sino hasta a las visitas de losmismos. Esta habilidad – de servir bien sin mirar a quien – se aprende desde pequeña en las casas. La segunda habilidad, la de tener facilidad de llegar a un acuerdo, tiene dos fuentes de aprendizaje obligado. La primera, los hombres – en especial a determinada edad – nos entendemos a los puñetes más que con las palabras. Situación diferente a la de las mujeres, quienes recurren a las palabras – salvoexcepciones – para establecer puntos de acuerdo con otra persona. La segunda fuente de aprendizaje ( volvemos otra vez al hogar promedio ), fue la transición de soltera a casada y luego a madre. Donde ante el primer problema entre los hijos, el padre macho esgrimía: "A ver, fijate qué pasa con tus hijos". O bien: "Haceme el favor de arreglar ese problema", conocida frase elástica que podía pasarpor inconvenientes tales como que el perro del vecino ladraba mucho, que el jardinero podó mucho un árbol o que había subido inexplicablemente la factura del agua y necesitaba hacerse un reclamo "face to face". En fin, la mujer integrante de un hogar machista se hizo experta en resolver problemas – mediante el diálogo, insisto - sin tener que recurrir a la fuerza.
La prehistoria dejó su huellaLo curioso es que esta revancha viene germinando desde la misma prehistoria, pero hoy cobra protagonismo sorprendente. Hace millones de años existían homínidos – primates bípedos – que salvando distancias eran a cabalidad parientes nuestros, entiéndase, parte del origen del hombre. Los antropólogos, al estudiar las costumbres de estos homínidos y posteriores evoluciones, encontraron algorealmente sorprendente: En sus comunidades adoraban a las diosas. Vasijas de barro muestran claramente la admiración por figuras femeninas de pechos grandes y barriga prominente, es decir, por las embarazadas. El razonamiento primario y práctico de nuestros viejos antecesores tenía su lógica: La mujer cazaba, peleaba, corría, mordía y roncaba igual que el hombre… pero aparte paría. Daba a luz. Era lausina generadora de más crías ( integrantes ), para sus tribus. Y como es sabido hasta el día de hoy, una tribu con más integrantes que otra podía hacer valer esa supremacía por la fuerza, avasallarla, conquistarla. La figura del hombre prehistórico vestido con piel de leopardo que le pega un garrotazo a la mujer y la arrastra hasta la cueva, no es otra cosa que una estupidez extrema llevada al...
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