Kiss
Al término de Mötley Crüe, a las 23:45 horas, Gene Simmons, bajo; Paul Stanley, voz y guitarra; y Tommy Thayer, guitarra, aparecierondesde el techo, sobre una tarima en llamas, que los bajó al escenario.
Mientras, Eric Singer, batería, golpeaba con furia precisa cada uno de los tambores y platillos queconforman ‘Detroit City Rock’ y ‘Shout It Out Loud’, las primeras canciones de la noche.
Si los rostros de los 51 mil 500 fans, según organizadores, brillaban gracias a lapotencia lumínica del show, estos refulgieron cuando vieron la enorme lengua de Simmons fuera de su boca y escucharon hablar, por primera vez, a Stanley.
“Hola México. Estanoche es la noche. No hablo muy bien español, pero comprendo sus sentimientos y mi corazón es suyo”, exclamó el guitarrista en castellano para echarse a la bolsa, durantela hora y media que duró su concierto, a su ejército.
Al término de ‘Shock Me’, Singer y Thayer protagonizaron un duelo de talento, cada uno en su instrumento, que culminóen una lucha de fuegos artificiales que estallaron dentro del entablado.
Luego, para no quedarse atrás, el bajista, en plena penumbra y cubierto por humo y una luz verdeque le daba un toque siniestro a su efigie, dejó entrever que de la boca le corrían hilos de sangre que pronto se transformarían en borbotones.
Las sorpresas y laespectacularidad fueron las principales características de la velada, que terminó a la 01:10 de la madrugada con ‘I Was Made for Loving You’, ‘Cold Gin’ y ‘Rock and Roll All Night’.
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