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*Literatura:
A primera vista las periodizaciones propuestas por estas “historias literarias” se parecen a los intentos de clasificación de los filósofos franceses de los siglos XVII y XVIII cuando reunían en diccionarios los fragmentos de un saber enciclopédico “positivo” y secular destinado a la
“iluminación” mutua y basado en elrazonamiento crítico de una elite intelectual. Como principio de clasificación eligieron el orden alfabético, sistema tradicional y aparentemente neutro e inocente que ya se había utilizado en numerosos diccionarios o “Tesoros” bilingües de los siglos XVI y XVII de Henri Estienne a César Oudin y Randle Cotgrave donde los autores indicaban la significación de una
palabra griega o francesa en latín, españolo inglés. Pero en los últimos decenios del siglo XVII la clasificación por orden alfabético pierde su inocencia aparente con los autores de diccionarios monolingües como lo demuestra el Dictionnaire françois, contenant les mots et les choses de César-
Pierre Richelet y, mucho más todavía, con Antoine Furetière cuyo diccionario, publicado post mortem en Amsterdam en el 1690 con un prefacio dePierre Bayle, ya anticipa ciertas características de las enciclopedias del siglo de las luces.
La historia de la literatura española de Jaime Fitzmaurice-Kelly 16 que, redactada en su lengua
por un entusiasta inglés e impresa en Londres en 1898, pero traducida al español casi en el acto por
Adolfo de San Martín, servirá de ejemplo para ilustrar de paso cuáles eran las épocas que interesaban a losautores y usuarios de estos libros: los cinco capítulos dedicados a la historia de literatura medieval y sus antecedentes ocupan ciento treinta y siete páginas o más de la tercera parte del libro, el 43%, es decir cuatro capítulos o ciento sesenta y cuatro páginas tratan del Siglo de Oro (que corresponde para Fitzmaurice-Kelly a los reinados de los Austrias de Carlos V a Carlos II) mientras que estetotal de trescientas páginas es completado por sólo ochenta y una páginas reservadas al período de doscientos años que se extiende entre 1700 y 1900.
Para el siglo XX bastará con recordar tres ejemplos. El primero es la monumental 17 Historia
de la literatura argentina de Ricardo Rojas, publicada de 1917 a 1922 y premiada al poco tiempo por
ley del Congreso Argentino. Su publicación pertenece alas actividades relacionadas con el primer
Centenario de la Independencia de Argentina y el objetivo central es, como se sabe, la
institucionalización de la literatura argentina como categoría clasificadora.
El apogeo de la historiografía literaria coincide en Europa con los últimos decenios del siglo XIX y los primeros del XX. Está estrechamente ligado a la importancia que adquieren los
conceptos“pueblo” y “popular”, a la convicción atribuida a Johann Gottfried Herder de que la literatura es el reflejo del alma de un pueblo, al desarrollo de los discursos nacionalistas basados en la unidad lingüística y un patrimonio cultural común así como a un nuevo modelo de organización estatal que dispone de los instrumentos necesarios para imponer esta ideología a través del servicio militarobligatorio y un sistema de enseñanza pública donde la literatura nacional ocupa un lugar importante.
*Historiografía:
No era esto ninguna novedad, y la historiografía española es quizá el ejemplo más completo de un secular esfuerzo por mantener la continuidad de la memoria escrita del pasado, que tan buen servicio dio desde las Crónicas medievales que justificaban la Reconquista, para afianzar el poderde los reyes en los distintos reinos cristianos.
Otros géneros historiográficos también se cultivan desde la Edad Media, como el tratamiento de una figura aislada (ciclo de el Cid), y ya en el siglo XV las memorias (Leonor López de Córdoba, circa 1400), la biografía (El Victorial de Gutierre Díez de Games, Generaciones y Semblanzas de Fernán Pérez de Guzmán) y la relación de un hecho puntual,...
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