Iglesia Adventista
El Verdadero Evangelio No Es Un Evangelio Encubierto
NO. 1663
Sermón predicado el Domingo 4 de junio de 1882
por Charles Haddon Spurgeon
En el Tabernáculo Metropolitano, Newington
"Pero aun si nuestro evangelio está encubierto, entre los que se pierden está encubierto. Pues el dios de esta edad presente ha cegado el entendimiento de los incrédulos,para que no les ilumine el resplandor del evangelio de la gloria de Cristo, quien es la imagen de Dios." 2 Corintios 4: 3, 4.
Sermones
Pablo había estado hablando acerca de Moisés, de cuando se cubría su cara con un velo. Nuestro evangelio no tiene ningún velo, sino que muestra a los hijos de los hombres toda la gloria de su rostro. Oh que pudieran mirarlo fijamente, y ver en él su propiasalvación y la gloria del Señor.
Observen de entrada la confianza con la que Pablo habla. Es evidente de manera categórica que no tiene la menor duda que el evangelio que él proclama es verdaderamente cierto; más aún, que es verdadero de manera tan manifiesta que si los que lo han escuchado no lo aceptan, debe ser porque el dios de este mundo ha cegado sus mentes. El acento de la convicciónhace que cada palabra sea muy enfática. Él cree y está seguro y plenamente convencido que aquellos que no creen deben estar bajo la esclavitud del diablo. Este no es el estilo ordinario en que el evangelio es predicado hoy en día. Escuchamos a muchos hombres que se disculpan cortésmente por afirmar algo como cierto, pues temen que se piense de ellos que son fanáticos y de mente estrecha: tratan dedemostrar cosas que son tan claras como la luz del día, y de apoyar con argumentos lo que el propio Dios ha dicho; como si el sol necesitara de velitas para ser visto, o como si Dios necesitara el apoyo del razonamiento humano. Él apóstol no asumió una posición defensiva de ninguna manera: llevó la guerra a las filas enemigas y puso sitio a los incrédulos. Traía una revelación de Dios, y cada unade sus palabras planteaba un reto a los hombres: "Esta es la palabra de Dios, tienen que creerla; porque si no lo hacen incurrirán en pecado, y probarán que están perdidos, y que están bajo la influencia del diablo."
Cuando el evangelio era predicado en ese estilo real, prevalecía con poder y aniquilaba toda oposición. Por supuesto que algunos ponían objeciones. "¿Qué va a decir este charlatán?"era una pregunta común; pero los mensajeros de la cruz ponían un alto a los que objetaban, pues simplemente seguían declarando el evangelio glorioso. Su única palabra era: "Esto viene de Dios: si creen serán salvos, si lo rechazan serán condenados." No mostraban escrúpulos al respecto, sino que hablaban como hombres que creían en su mensaje, y estaban convencidos que el mensaje dejaba a losincrédulos sin excusa alguna. Nunca alteraron su doctrina o suavizaron el castigo por rechazarlo. Como fuego en medio de la hojarasca, el evangelio consumía todo lo que estaba a su alrededor cuando se predicaba como la revelación de Dios. Hoy no se propaga con la misma velocidad porque muchos de sus maestros han adoptado, según ellos, métodos más sofisticados: tienen menos certidumbre y másindiferencia, y por lo tanto razonan y argumentan allí donde deberían proclamar y afirmar.
Algunos predicadores pasan el rastrillo sobre toda la tontería sobre lo que el hombre científico o no científico quiere comentar, y se pasan la mitad de su tiempo tratando de responder. ¿Qué sentido tiene desatar los nudos que son atados por los escépticos? Simplemente van a atar más. No le corresponde a mimensajero discutir acerca de mi mensaje, sino entregarlo fielmente como mensaje mío, y dejar las cosas así. Si regresamos a la vieja plataforma, y hablamos con el mensaje de Dios, no habremos hablado en vano, ya que Él honrará su propia palabra.
El predicador debe hablar en nombre de Dios o mejor que se calle. Hermano mío, si el Señor no te ha enviado con un mensaje, vete a la cama, o a la escuela,...
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