histria
LA APARICIÓN Y LA MUERTE
Estoy perdida, vago entre las calles de Nueva Orleans, viviendo del miedo, pensando en aquella noche, la más oscura y triste de mi vida.
Hacía cuatro años queno logro conciliar el sueño en su totalidad, vivo aterrada; mi pena es cada vez mayor, la imagen vuelve una y otra vez: su cuerpo desmembrado, el rostro cubierto de sangre, un olor hediondo queemanaba de la habitación, las marcas en las paredes de aquel tapiz tan lindo que compró para su hijo de apenas seis años, el mismo que sonreía bajo un rincón, entre las sombras, haciendo rechinar el suelocon las uñas de una mano y con la otra, agarraba el dedo de su padre como si fuera una sonaja. Era asqueroso. Los nervios se me pusieron de punta y salí corriendo, no importaba dónde, no podía seguirahí. Mientras corría, recordaba la mirada de aquel niño jugando con Willian, escena que no hacía otra cosa que llenarme las venas de hielo. Volteé a mirar, la casa ardía en llamas y sobre ellas, lafigura de un ser imponente, cuyos años se notaban en las arrugas de su rostro y que se hacía de un aura tan densa como la niebla. A su costado, el niño, moviendo su mano como si se despidiera de mí.¡Que tonta!. Un bus que cargaba concreto se había descarrilado, la llanta trasera se desprendió abruptamente hacia donde yo estaba, el golpe me lanzó contra una casa. Luego de un rato me levantéadolorida, cogiéndome el hombro. Un camión de bomberos llegó, se dirigió hacia mí, sin embargo; no se detuvieron, y siguieron de largo a ver el cuerpo tirado sobre la pared, fueron a ver mi cuerpo. Eraimposible, ya no había dolor. Estaba muerta.
Era irónico ver como mi vida acababa ahí. Tantas veces pensé en la muerte como parte de un ciclo que todos deben de cumplir; y aun así, no lo aceptaba del todo.Mi muerte no había sido algo natural, sabía que ese niño y aquel hombre estaban involucrados y yo ya no tenía nada más que hacer.
Una luz penetrante se habría camino entre el conjunto de edificio...
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