Historia
la ESCNNA no es trabajo infantil
Introducción
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e propongo exponer en este ensayo algunas ideas que han surgido de observaciones directas, de lecturas de diferentes fuentes y de discusiones en distintos escenarios públicos e institucionales donde se han formulado planteamientos sobre la explotación sexual comercial de niños, niñas y adolescentes que, a mi modo dever, constituyen exabruptos conceptuales e incluso éticos, desde la perspectiva de los Derechos de la Niñez. Estoy convencido que desde ningún punto de vista es admisible incluir a la explotación sexual comercial de niños, niñas y adolescentes en la categoría de trabajo; y esto por razones de orden psicológico, conceptual y ético; sin embargo, desde hace varios años la política de protección delos niños y niñas víctimas de ESCNNA ha sido fuertemente influenciada por este equívoco, lo que nos obliga a escudriñar sus raíces políticas e institucionales, entrelazadas con razones de orden económico relacionadas con el poder de financiación de ciertos programas y proyectos a nivel internacional que, éticamente hablando, no puede constituirse en justificación racional de las implicacionesculturales negativas latentes en de dicha concepción.
El origen de un equivoco
La representación básica que surge cuando se menciona el término explotación sexual es la referencia a la prostitución, término fuertemente cargado moral, sociológica y políticamente; un verdadero campo de batalla de ideologías religiosas y de políticas sanitarias, orientadas al control, en la mayoría, si no en latotalidad de los países y culturas modernas. El término prostitución remite primero a la actividad de un sujeto, hombre o mujer, que se asume libre y en pleno ejercicio de su autonomía para hacer un uso sexual-comercial de su propio cuerpo; por otro lado, se referiría a un cierto tipo de transacción, casi laboral, entre un cliente que obtiene un servicio y paga por él y un proveedor o proveedora dedicho servicio. Esta doble visión del cuerpo/sujeto comercial, mercantil o ‘laboral’ es elevada a la categoría de trabajo sexual y transpolada a la interpretación de ciertas formas de utilización sexual de los niños, niñas y adolescentes que, con grandes dificultades y contradicciones, se intenta presentar al mismo tiempo como una actividad de subsistencia más o menos justificable —desde el análisisde las
Licenciado en Psicología Educativa y Filosofía. Amplia experiencia en el tratamiento de niños, niñas y adolescentes con problemas de uso y adicción a sustancias psicoactivas y víctimas de explotación sexual comercial. En 2006 participó como consultor para el diseño del Plan Nacional de acción contra la explotación sexual de niños, niñas y adolescentes en Colombia. Actualmente es Consultorpara la elaboración del Informe Alterno sobre la implementación del protocolo facultativo de la convención de los derechos del niño, relativo a la venta de niños, la prostitución infantil y la pornografía infantil y Subdirector Terapéutico de la Fundación Renacer Ecpat Colombia.
Revista Iberoaméricana
precarias condiciones de vida del niño-a y en ocasiones de su familia— y como vulneraciónde derechos. Tal ambigüedad pretende obviar y está cimentada en problemas que no se plantean (por metafísicos, quizás) y que remiten al sentido ontológico del trabajo, por ejemplo, o a la relación entre la violencia estructural de género (patriarcal) uno de cuyos dispositivos es el ejercicio del poder sobre el cuerpo, a la vez material y simbólico, de la mujer —toda la violencia sexual, incluida laprostitución— y más tardíamente reconocido, también de las niñas, niños y adolescentes.
El sujeto del trabajo
Escamotear preguntas de tal naturaleza y envergadura ha conllevado a que bajo el uso de un concepto como el de trabajo, se termine aceptando como tal cualquier tipo de actividad capaz de generar un ingreso económico, independientemente de quien es el sujeto que lo realiza, de las...
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