HAY QUE APRENDER A VIVIR
Lucía Noboa conoció a David tres meses antes de que este niño de 12 años muriera. Él tenía un tumor inoperable en el cerebro. En su familia todos sabían su destino. Ella compartía parte de su vida con él. Vio cómo su cuerpo se paralizaba poco a poco mientras él le preguntaba: ¿adónde voy a ir luego de esta vida? Juntos hablaban del cielo y el niñodibujaba mariposas y globos. Se veían dos veces a la semana y conversaban mucho de Jesús. En uno de sus diálogos, el pequeño le dijo: "Cuando yo me vaya a morir, yo te voy a avisar si veo a Jesús". Poco a poco el pequeño perdió la voz. Por eso, habían quedado en comunicarse a través de pestañeos. El trato era uno, sí y dos, no.
El día llegó. Lucía dice que sintió que algo pasaba. Dejó dealmorzar y corrió a la casa del pequeño. Todos estaban a su alrededor, ya había recibido los santos óleos. Había flores, velas y una música clásica que trataba de apaciguar el dolor. Los padres se tomaban de la mano, las hermanas también. Todos rezaban.
Lucía llegó, David todavía estaba con vida. Lo tomó en su regazo y le preguntó: ¿David, estás viendo a Jesús? Cerró lentamente sus párpados y luegolos abrió. Un pestañeo nada más.
Le preguntó: ¿Es bello Jesús? Un solo pestañeo fue la respuesta. ¿Tienes paz? Otro pestañeo. ¿Quieres irte? Un pestañeo más . No abrió los ojos.
El niño expiró con una paz maravillosa y Lucía se dio cuenta que no importa la cantidad de años que uno viva, sino la intensidad y el amor con que se viva.
Ese fue uno de los días más difíciles de esta mujer que decidióasistir a quienes inician el viaje al más allá. Es tanatóloga y ha aprendido mucho en la práctica. Junto a los moribundos se ha dado cuenta que la vida de cada persona tiene un sentido y que nuestra misión es descubrirla. Además ha visto a personas que alargan la hora de su muerte hasta resolver sus asuntos pendientes. Eso le pasó con una mujer que tuvo una agonía de 30 días. Tenía rencor con susuegra. En cuanto la perdonó, murió a la media hora, en completa paz.
Noboa cree que no hay que engañar a quien está muriendo. "Es necesario decirles la verdad de la manera más sutil y ayudarles a resolver sus asuntos. La persona ya sabe que va a morir, lo intuye, solo necesita confirmarlo".
De su experiencia, esta psicóloga cree que hay algo más allá de la muerte. Y lo dice porque ha estadojunto a personas que regresaron luego de la muerte: "Aproximadamente hace un año acompañé a una pareja que tenían más de 68 años. El esposo se fue pero volvió un rato y le comentó a su esposa que había visto un túnel de luz maravillosa en el cual habían muchas luces y seres espirituales que le acompañaban. Al final estaba su papá y su mamá. Él le decía Mary, sabes que el lugar es maravilloso, voy aestar bien, quiero irme, voy a estar bien, al otro lado está mi papá y mi mamá".
Quizá hay algo más. Lucía lo intuye, lo ha investigado y a veces ha visto cosas que le hacen estar segura que así es. Pero ella sabe, sobre todo, que cada persona muere como ha vivido y que es más fácil dejar este cuerpo si se tiene la confianza en la existencia de algo más.
Para ella, el dolor está presente paraayudar. "Te ayuda a crecer, a tomar otro rumbo. Las situaciones extremas nos guían por el camino correcto. Allí la persona empieza a ver y se expande su conciencia. Solo alguien que ha sufrido puede entender a otro".
A veces el dolor por una enfermedad trae enseñanzas a los vivos como lo cuenta Noboa: "yo tenía el caso de una mujer fuerte, de las típicas que se veía autosuficiente y de pronto seenfermó y con esto tuvo que aprender a depender del resto. Entonces la enfermedad le dio la lección que tenía que aprender a recibir y a dejar que las otras personas hagan algo por ella".
Su creencia es que "si el hombre entendiera su origen divino, es decir, su procedencia directa de Dios, aceptaría sin temor el retorno a Él. Vida y muerte son palabras que expresan lo efímero, lo transitorio y...
Regístrate para leer el documento completo.