hasta que la encuentre
En su lecho de muerte, la esposa de Joaquín, Helena, le pide que rehaga su vida junto a aquella mujer que lo hizo por primera vez feliz. Que vaya en busca de Sophie, la Alemana a la cual nunca pudo olvidar y que le había contado a su esposa que fue su primer amor.
Después del entierro de su esposa, Joaquín va a su habitación y mira un cofre que tenía guardado desde hacemucho tiempo, entonces, recuerda como su amor con Sophie comenzó.
Fue a los 17 años, en un viaje de promoción al Cuzco, a visitar el Machu Picchu. Al entrar al hotel “El Puma”, se encontró con otra promoción, pero esta era europea. Allí, se topó a una muchacha de cabellera rubia como el sol y con ojos azules como cielo, era como mirar el clima perfecto. Joaquín comenzó a sentir que se estremecíasu piel, lo cual le extrañaba, pero se sentía bien. No volvió a verla, hasta que regresó de su visita turística al hotel. Los dos grupos, el limeño y el europeo cenaron juntos, él, ni tonto ni perezoso trató de acercársele, pero ella ni lo notaba. El chico sí que se sentía motivado por tener algún contacto con ella, pero no sabía cómo acercársele.
A la hora de dormir, Joaquín, como el chicoinquieto que era, decidió conocer el hotel en la madrugada, mientras todos dormían. Recorrió, sigilosamente cada pasillo. Como último lugar, llegó a la azotea y ahí, se encontró a la dulce europea, el cielo de sus pensamientos. Ella se percató y le sonrió, él, motivado por su sonrisa, se le acercó y le dijo: “hola”. Ella le dijo “hola” también. Él le preguntó de dónde venía, y ella no le entendía.Ellos no hablaban el mismo idioma. La chica se dio cuenta primero de eso y se señaló a sí misma y dijo: “Alemán”. Él lo entendió y su cara se tornó de desilusión, entonces cambió su expresión a una risueña sonrisa y comenzó a hacer gestos, algo tontos, para comunicarse. A ella le causó gracia y se reía tapándose la boca con delicadeza. Él sentía que establecieron una conexión y prosiguió a hacermás gestos tontos. Ambos se dieron cuenta que ya iba a amanecer y que no podían seguir bromeando.
Al día siguiente, se vieron a la misma hora y en la azotea, solo que, esta vez, había más confianza, había más terreno para el coqueteo. No solo él insinuaba sus intenciones, sino, también ella. En la tercera noche, Joaquín sonrojado, apresurado pero decidido le dijo: “me gustas”, ella no entendió loque dijo, pero, por la expresión de Joaquín en su rostro y la mirada de sus ojos, dedujo lo que quiso decir y le dijo: “Ich mag dich auch”. Se acercaron los rostros y se dieron un beso, solo un beso, largo y lento. Luego, se abrazaron, tanto ella como él, sintieron lo que era el amor, un cariño mutuo, repentino, y al mismo tiempo, efímero. Se volvieron a despedir, pues ya estaba a punto deamanecer y tenían que retirarse de nuevo.
Así trascurrieron dos noches más de besos y caricias. En la sexta, todo se acabó: era la última noche para ambas promociones en Cuzco. Joaquín y Sophie se encontraron en la azotea pero con pena, pues sabían que al día siguiente partirían y todo sería un amorío grabado en el anuario de sus recuerdos. Se comunicaban con sus señas que expresaban gratitud porhaberse conocido y por darse la oportunidad de sentir algo más que cariño. Repentinamente, Sophie, decidida, lo tomó de los hombros y lo besó con fuerza, con angustia y un poco de presura. Joaquín no podía hacer nada más que seguirle el ritmo. Él también lo deseaba. En eso, Sophie lo desprende de sus ropas mientras lo besa y espera lo mismo de Joaquín; Joaquín, con una lerdez digna de un primerizo, ledesabotona la blusa y, después de tres intentos, le desabrocha el sostén. Ahí comenzó todo. Entre carisias y risas tiernas, hicieron lo que comúnmente denominaban “amor”. Tanto para Joaquín como para Sophie, era la primera vez que tenían amor, que lo hacían. Todo pasó en la azotea. El único testigo era la luna y las sábanas que ocultaban su intimidad era la oscuridad de la noche. En la mañana...
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