Formalismo
Existe todo un grupo de ciencias interesadas en los problemas del signo, son las denominadas ciencias del espíritu que trabajan con un material que posee elcarácter más o menos manifiesto de un signo.
La obra artística no puede ser identificada ni con el estado de ánimo de su autor ni con el ninguno de los estados de ánimo que evoca en los sujetos que laperciben.
Queda todavía “la cosa” que representa la obra artística en el mundo sensorial y que es accesible a la percepción de todos, sin distinción alguna. Pero la obra de arte no puede ser reducidatampoco a esta “obra cosa”, porque a veces ocurre que la obra cosa cambia totalmente tanto su aspecto como su estructura interna al trasladarse en el tiempo y en el espacio.
La obra cosa funcionaúnicamente como símbolo exterior al que le corresponde, en la conciencia colectiva, una significación determinada (“objeto estético”) caracterizada por lo que tienen en común los estados subjetivos de laconciencia, evocados por la obra cosa en los miembros de una colectividad determinada.
Tenemos que añadir que rechazando la identificación de la obra artística con el estado psíquico subjetivo,refutamos al mismo tiempo cualquier teoría estética hedonista. El placer proporcionado por la obra artística puede llegar como máximo a una objetivación indirecta en tanto que “significación secundaria”en potencia.
Según la definición vulgar, el signo es un hecho sensorial, que se refiere a otra realidad, a la que debe evocar. Nos vemos obligados, pues, a preguntarnos cuál es esta otra realidadsubstituida por la obra artística.
Al decir que una obra artística se refiere al contexto de fenómenos sociales, no afirmamos de ninguna manera que tenga que unirse necesariamente con este...
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