Filosofia pensamientos
-Así es de razón -dijo.
-Ahora, pues, o refutemos todo esto, como dicho fuera de propósito, o sostengamos, en tanto no esté refutado, queni por la fiebre ni por otra cualquier enfermedad ni por el degüello ni aunque el cuerpo entero quede desmenuzado en tajos, ni aun así ha de perecer ni destruirse el alma en lo más mínimo;sostengámoslo hasta que alguno nos demuestre que por estos padecimientos del cuerpo se hace ella más injusta o impía. Porque por la aparición en una cosa de un mal que le es extraño, si no se le junta el malpropio, no hemos de dejar que se diga que se destruye el alma ni otro ser alguno.
-Pues en verdad -aseveró- que nadie demostrará jamás esto de que el alma de los que están en trance de morir se haga másinjusta por la muerte.
-Pero si alguien -dije yo-, por no ser forzado a reconocer que las almas son inmortales, se atreve a salir al encuentro de nuestro argumento y a decir que el moribundo se hacemás perverso y más injusto, en ese caso juzgaremos que, si dice verdad el que eso dice, la injusticia es algo mortal, como una enfermedad, para el que la lleva en sí y, por causa de ello, que esmatador por su propia naturaleza, mueren los que la abrazan, los unos en seguida, los otros menos prontamente ; pero de manera distinta a aquella en que mueren ahora los injustos a manos de los que lesaplican la justicia.
-¡Por Zeus! -exclamó él-. La injusticia no aparecería como cosa tan terrible si fuera mortal para el que la abraza, porque sería su escape de los males; más bien creo que semuestra como todo lo contrario, porque mata, si le es posible, a los demás, pero al que la lleva en sí, a ése le hace estar muy vivo y además bien despierto. Tan lejos se halla, según parece, de producir...
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