fichas de obra literaria Guayacan
Guayacán
Capítulo I
Página 7
Párrafo 3
El color, ausente en la negrura, ha aparecido repentinamente, como en un disparo instantáneo de magnesio en el fondo tenebroso, retrasando en un efímero suspiro blanco la superficie del lago y la isla empedrada de casitas, que semeja sobre el agua el lomo de una gran tortuga; y en la distancia circundante, la silueta alargada,eterna, sin limitaciones de la selva.
Macal, Virgilio Rodríguez
Guayacán
Capítulo I
Página 9
Párrafo 2
El otro viejo, que era el tío, escrutaba la cara de su sobrino y en sus ojos de un verde desteñido había luminosidades tiernas.
Macal, Virgilio Rodríguez
Guayacán
Capítulo I
Página 11
Párrafo 2
Por vez primera hablo y su voz era ronca y pausada. -¡Okey viejos…!, me largo a lacapital en el avión del martes.
Macal, Virgilio Rodríguez
Guayacán
Capítulo II
Página 14
Párrafo 1
Hoy, llegaba de nuevo. Aunque su inmediata procedencia era, como aquella otra vez, Cuidad Flores, cabecera del departamento del Petén, nada podía sorprenderle a el, que estuvo seis interrumpidos años en una gran metrópoli de Estados Unidos.
Macal, Virgilio Rodríguez
Guayacán
Capítulo IIPágina 16
Párrafo 2
Pero Valentín no quería ni política ni esclavitud, declinaba el ofrecimiento de su primo, de la manera más amable y le decía que más tarde, cuando se estableciera… que no se olvidara de los viejos, que vivían soñando en lo que él podría hacer allá en su tierra.
Macal, Virgilio Rodríguez
Guayacán
Capítulo II
Página 19
Párrafo 3
Valentín ochaeta entrecerró los ojos y viopilas y más pilas de trozas de caoba, que relucían a la luz del ocaso como enormes lingotes de oro.
Macal, Virgilio Rodríguez
Guayacán
Capítulo III
Página 21
Párrafo 4
Valentín estaba de pie entre un grupo de cuadrilleros. Era ya el mes de diciembre y con sus hombres había cumplido uno completo desde que se establecieron allí, en el terreno del tío Fidel para cortar caoba.
Macal, VirgilioRodríguez
Guayacán
Capítulo III
Página 23
Párrafo 3
Los trocheros abrían un nuevo pique a través de la montaña, hasta el lugar donde se levantaban dos caobas centenarias. Los machetes iban y venían mutilando el abrojal y deseducando a conciencia para que pudieran pasar los carros. Cada día tenían que abrir nuevos y más lejanos piques, pues la madera encontrabase cada vez más alejada de lamargen del Santa Amelia.
Macal, Virgilio Rodríguez
Guayacán
Capítulo III
Página 27
Párrafo 2
Pero en el fondo, en la parte oculta de su alma, aun oculta para si mismo, Valentín gozaba torturándose. Era como un rencor para consigo mismo, para con su cruel destino, para con la humanidad exterior… Un rencor que se extendía a su padre y a su tío, a su importancia. Rencor para su primo y aun paraaquellos que le facilitaron el dinero que no pudo emplear en lo que el.
Macal, Virgilio Rodríguez
Guayacán
Capítulo IV
Página 29
Párrafo 3
Valentín estaba más flaco y silencioso que nunca. El dinero se le había agotado por fin y, conforme lo previsto, mando a Carmen López, su capataz, en busca del representante de la compañía que residía en Guatemala. Llego este y le adelantaronestrictamente lo que necesitaba.
Macal, Virgilio Rodríguez
Guayacán
Capítulo IV
Página 32
Párrafo 2
Miguel Yac se levantó de mal talante y el alcohol le zumbaba el cerebro. La peonada estaba presente, contemplando la escena sin moverse… El negro Jorge temblaba, con el hacha en la mano, por lo que el amo pudiera descubrir.
Macal, Virgilio Rodríguez
Guayacán
Capítulo IV
Página 34
Párrafo 2Entonces la peonada, temblorosa como la tierra del medanal, arrastro a Miguel Yac a su camastro y volvió al trabajo silenciosamente.
Macal, Virgilio Rodríguez
Guayacán
Capítulo V
Página 35
Párrafo 1
Se paralizo el trabajo…¡ Nuay trabajo hoy, ni tal vez mañana, ni tal vez pasado, asi dice el patrón, porque se jodió el tractor.
Macal, Virgilio Rodríguez
Guayacán
Capítulo V
Página 36...
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