ensayo de Ayotzinapan
El asesinato de 6 estudiantes y la desaparición de otros 43, hace casi un mes en la ciudad de Iguala, en el suroeste de México, sacudió a un país anestesiado por la violencia cotidiana.
Lo que ha venido declarando el sacerdote Alejandro Sola linde ya lo había declarado Iñaki Blanco de la Procuraduría del estado de Guerrero pero el caso es de la Procuraduría General de la República (PGR)de Murillo Karim parece estar manejándolo a su antojo, dilatando o escondiendo las “investigaciones” y dejando pasar el tiempo para que la mayoría de la gente se olvide de los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa y si se le pega la gana al des-gobierno de Peña, NUNCA determinará donde quedaron los cuerpos y menos de qué tan arriba vino la orden de matarlos porqué eso era lo planeado para el día26 de septiembre pasado en Iguala incluyendo la impunidad de los autores intelectuales, porque muchos mexicanos intuimos que no queda sólo en el alcalde Abarca Velázquez
Ese es el gobierno de EPN que está moviendo a México… Espero que nosotros lo movamos de verdad pero a una acción social que termine quitando a Peña y su gabinete de la Presidencia de la República. Por favor despertemos!
Por miparte, ya me había despedido y volví a publicar al ir viendo la magnitud del crimen contra los normalistas pero esto va para largo o para no resolverse nunca. Trataré, en lo que pueda, hacer algo pero fuera del internet, espero regresar para publicar alguna información buena como que Peña Nieto y compañía se van a juicio político y hay nuevas elecciones pero eso depende de todos nosotros losmexicanos o por lo menos de un porcentaje crítico. Por lo pronto mañana hay una manifestación clave en la Ciudad de México a las 18 horas, del Ángel al Zócalo, hay que asistir, y también el domingo 26 con AMLO al Zócalo; por ahí se puede empezar
El saldo de “Ayotzinapa”, no hay un mejor modo de nombrar hoy el horror, es de: 6 muertos (uno de ellos, desollado), 5 heridos de gravedad (dos al borde dela muerte) y la desaparición forzada de 43 estudiantes; un presidente municipal en fuga, un gobernador al filo de la navaja, un palacio de gobierno en llamas, una presidencia terriblemente cuestionada ya no solo por los mexicanos, sino además por la comunidad internacional y algunos de esos elefantiásicos organismos –como la ONU- que se han pronunciado con fuerza sobre el “caso” y el saldo siguecreciendo y creciendo, sin control, sin que aparezca un gesto o algo que medianamente se vislumbre como estrategia de contención, ya no digamos de voluntad política de esclarecer y aplicar la justicia. Este brutal acontecimiento parece haber sacudido de raíz la indiferente convivencia con la muerte violenta que se ha paseado en estos territorios con carta de ciudadanía. Un huracán de rabia ydesconcierto recorre la geografía de sur a norte, mareas humanas formadas principalmente por jóvenes estudiantes han caminado las calles de decenas de ciudades del país y, en muchos casos, tanto algunos corresponsales extranjeros como muchos ciudadanos, abren los ojos sin aliento, como si estuvieran frente a hechos que parecen inéditos, pero no, no lo son. Aunque inédita sea la cruda y aterradoraevidencia del grado de descomposición en las estructuras del Estado, que no puede ya esconder en ningún boletín de prensa, en ninguna declaración, pose, o lamentación que la narco política capitalista controla buena parte del paisaje nacional.
Pero quizás lo más relevante de Ayotzinapa –el nombre del horror– es que ha obligado a México a prestar atención. Se prestó poca atención a las fosasclandestinas que fueron convirtiéndose en noticia cotidiana, 69 cuerpos en una, 15 en otra, 11 en una más; como si se tratara de accidentes geográficos, esas heridas en la tierra, pasaron a formar parte de un vocabulario que instauró el horror como normalidad. Los daños colaterales: en esas fosas hay cadáveres, muertos, calcinados, no personas. Y el espanto aumenta cuando sabemos que muchos de ellos...
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