el extra ño caso

EL EXTRAÑO CASO DEL DOCTOR JEKYLL Y EL SEÑOR HYDE
El abogado Utterson era un hombre de rostro severo, de pocas palabras, tímido, distante poco demostrativo en sus sentimientos; alto, flaco, serio yaburrido, pero inspiraba cariño.
Lo unía una amistad a Richard Enfield, hombre muy conocido en la ciudad y pariente lejano suyo. Según contaban quienes se los encontraban en sus paseos dominicales,iban muy aburridos sin decirse nada y recibían con alivio la llegada de un amigo. A pesar de todo, ambos apreciaban estas salidas y por disfrutarlas sin interrupción dejaban de lado cualquier otropasatiempo y los compromisos más serios.
Y en uno de estos paseos sin rumbo, fueron a parar por casualidad a una calle lateral de un barrio muy concurrido de Londres.
A dos puertas de la esquina, lalínea de casas se interrumpía por la entrada de un amplio patio y en ese punto cierto edificio siniestro sobresalía por su alero hacia la calle. Tenía dos pisos y no se veían ventanas, tan sólo unapuerta en la planta baja. Todo el edificio estaba en un estado de prolongado y miserable abandono.
El señor Enfield y el abogado caminaban por la vereda de enfrente, pero cuando llegaron a la altura de laentrada, el señor Enfield mirando la puerta dijo que estaba conectada en su mente con una historia muy extraña: volvía yo a pie a casa desde un lugar situado en el otro extremo del mundo, a eso delas tres de una oscura madrugada de invierno y no se veía otra cosa que no fueran las farolas de gas. Calle tras calle ni un alma, estaban todos durmiendo. Hasta que me sobrevino ese particular estadode ánimo en el que se echa de menos la presencia de un policía. De repente vi dos figuras: una era la de un hombre de baja estatura que venía rengueando pero a buen paso y la otra era la de una niña deocho o diez años, que llegaba corriendo lo más rápido que podía por una bocacalle. Se chocaron al llegar a la esquina; el hombre pisoteó a la niña caída y siguió su camino, dejándola llorando en...