El cuerpo y el arte

Melina Lombana Reyes. 621782

Historia y Apreciación del Arte

Habeas Corpus

El cuerpo es el lugar para el dominio, para la represión, es el lugar y la fuente del deseo, y por tanto, del pecado. Es la herramienta del crimen y el instrumento de la venganza; es el objeto, junto a la mente, de la autoridad y del control. Es y ha sido el espacio para el ejercicio de la fuerza, bien simbólica ofáctica; para la violencia y para la vigilancia; es el lugar de la educación en las maneras, en los modales. Es el lienzo en el que leemos las tristezas, las violencias, las represiones, los controles, los excesos y las precariedades que experimentan las vidas de hombres y mujeres.

Más allá de leer la exposición como un recuento, una historia sobre los efectos en los cuerpos del poder, seculary religioso, disciplinar y violento, considero más atractivo la abstracción del mensaje al que nos invita Habeas Corpus. Poner de presente, dilucidar, que es a través de lo corpóreo, de la realidad material de la carne humana que se llama cuerpo, que los mensajes que quieren llegar a la mente, al inconsciente, alcanzan su objetivo. Cuando a través del cuerpo demostramos el disciplinamiento delalma y de la mente, podemos rastrear el ejercicio del poder, de la autoridad.

El poder, para Michel Foucault, es una práctica social que existe en tanto se ejerce; por tanto no puede entenderse como un objeto, como un lugar, que puede ser tomado, arrebatado, perdido. Implica un ejercicio de la fuerza, que tiene por finalidad el gobierno, en su sentido general, entendido como la conducción de lavida de los hombres a través de sendas previamente establecidas por aquellos quienes ejercen el poder. El control sobre la vida de los hombres comprende, según Michel Foucault, dos dimensiones: una macro y una micro. La administración sobre las enfermedades, las epidemias, las tasas de crecimiento demográficas, la disposición del espacio para la vida de la población, como tareas del Gobierno,comprende la dimensión macro-política del poder. La disciplina en la escuela, la fábrica, la estación de trabajo, en el hogar, en el convento y en la Iglesia, domestican el comportamiento del cuerpo, lo dociliza y lo convierte en el sujeto de prácticas eficaces en términos de resultados: buenas notas, alta producción, mujer sumiza, hombre puro. Esta es la dimensión micro-política.

El cuerpo, comose plantea líneas arriba, es expuesto en las diversas formas como la disciplina religiosa y la práctica violenta de la guerra, lo marcan, lo disfrazan o lo explotan. La violencia, simbólica y fáctica y sus efectos sobre los cuerpos transversaliza el desarrollo de la exposición, de sus momentos, también de su disposición. Las diferentes representaciones, diría yo, están encaminadas a demostrar cómoel ejercicio disciplinario moldea la mente del ser humano, y por esta vía, a su cuerpo.

Los momentos de la exposición nos revelan las diferentes maneras en como el cuerpo es construido en el imaginario social: como el símbolo del erotismo, y como contraparte, como el lugar y la fuente del pecado. Es también el escenario para la adoración, a través de las imágenes religiosas que nos presentan apersonajes ideales como los Santos, o los relicarios que evocan la presencia de los muertos que añoramos.

En el caso del cuerpo como lugar para el ejercicio de la violencia, como una denuncia, imágenes intermitentes nos revelan el efecto del pensamiento religioso medieval sobre nuestra realidad corpórea. La idea del martirio, del sufrimiento, de la penitencia como forma de asegurar nuestrolugar en el paraíso, violenta al cuerpo, lo masacra: las imágenes de San Pedro Alcántara son representativas en este sentido. Otro tipo de violencia, ya no religiosa, sino producto de la guerra, marca al cuerpo como escenario de la confrontación: lo cercena, lo priva de existencia. ‘Violencia’ y ‘Femme’ nos revelan la mutilación del cuerpo como efecto y muestra del enfrentamiento armado.

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