El Alquimista Resumen
Extendió su chaqueta en el suelo y se acostó, usando el libro que acababa de leer como almohada. Antes dedormir, recordó, que tenía que leer libros más gruesos: se tardaba más en acabarlos y resultaban ser almohadas más confortables durante la noche.
Aún estaba oscuro cuando despertó. “hubiera dormidoun poco más”, pensó. Había tenido el mismo sueño que la semana pasada y otra vez se había despertado antes del final.
Se levantó y tomo un trago de vino. Después cogió el cayado y empezó a despertar alas ovejas que aun dormían.
En los últimos días, sin embargo, el asunto que le preocupaba no había sido más que uno: la hija del comerciante que vivía en la ciudad a donde llegaría dentro de cuatrodías. Solo había estado ahí una vez, el año anterior. El comerciante era dueño de una tienda de tejidos y le gustaba presenciar siempre el esquileo de las ovejas para evitar falsificaciones. Un amigo lehabía indicado de la tienda, y el pastor llevo allí sus ovejas.
Necesito vender lana – le dijo al comerciante.
La tienda del hombre estaba llena, y el comerciante rogo al pastor que esperase hasta elatardecer. El muchacho se sentó en la acera de enfrente de la tienda y saco un libro de su zurrón.
-No sabía que los pastores fueran capaces de leer libros – dijo una voz femenina a su lado.
Era unajoven típica de la región de Andalucía, con sus cabellos negros y lisos y unos ojos que recordaban vagamente a los antiguos conquistadores moros.
Es porque las ovejas enseñan más que los libros –respondió el muchacho.
Se quedaron conversando más de dos horas. Ella le conto que era hija del comerciante y le hablo de la vida en la aldea, donde cada día era igual que el anterior. El pastor le...
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