Dialnet LaConstitucionDe1978EnLaHistoriaDeEspana 1064893
Joaquín Varela Suanzes-Carpegna
CATEDRÁTICO DE DERECHO CONSTITUCIONAL. UNIVERSIDAD DE OVIEDO
LA CONSTITUCIÓN DE 1978 EN LA HISTORIA
DE ESPAÑA: CONTINUIDAD Y RUPTURA
SUMARIO
1.
NO BASTA CON DISTINGUIR ENTRE CONSTITUCIONES «PROGRESISTAS» Y «CONSERVADORAS».
2.
UNA BÁSICA DISTINCIÓN: EL CONSTITUCIONALISMO DEL SIGLO XIX Y LACONSTITUCIÓN DE 1931.
3.
LA CONSTITUCIÓN DE 1978 Y EL CONSTITUCIONALISMO DEL SIGLO XIX.
4.
LA CONSTITUCIÓN DE 1978 Y LA CONSTITUCIÓN DE 1931.
5. CONCLUSIÓN.
¿Hasta qué punto la Constitución de 1978 continúa la historia constitucional española
y en qué medida rompe con ella? ¿Cúal es, en definitiva, el lugar de la Constitución,
cuyo cuarto de siglo ahora celebramos, en el seno de esa larga,rica y complicada historia?
He tratado de responder a estas preguntas en mi reciente trabajo La constitución de
1978 e la historia constitucional española 1, en donde analizo tanto la elaboración de
cada uno los textos constitucionales españoles, como su contenido. En el primer caso,
para subrayar el carácter «abierto» de la Constitución de 1978, fruto del amplio consenso con que se elaboró, sinparangón en el pasado; en el segundo, para poner de relieve las diferencias y las concomitancias entre las Constituciones históricas y la que actualmente rige.
En las páginas que siguen me centraré tan sólo, por razones de espacio, en este segundo asunto, matizando algunas observaciones que hacía en el mencionado artículo
y actualizando la bibliografía citada. Fijaré mi atención en los textosconstitucionales
vigentes en todo el territorio nacional. Dejaré a un lado, pues, el Estatuto de Bayona,
en vigor sólo en una parte de España, así como la Constitución nonata de 1856 y el
proyecto constitucional de 1873, sin perjuicio de alguna puntal referencia a esos tex1
«Revista Española de Derecho Constitucional», (REDC), nº 69, Septiembre-Diciembre de 2003, pp. 31-67.
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CORTS.ADP
tos.Tampoco examinaré las Leyes Fundamentales del franquismo, porque en rigor
no forman parte de nuestra historia constitucional, sino tan sólo de su historia política,
al consagrar unos principios y unos valores que se situaban en las antípodas del constitucionalismo liberal y democrático.
1.
NO BASTA CON DISTINGUIR ENTRE CONSTITUCIONES
«PROGRESISTAS» Y «CONSERVADORAS»
Para conocer la mayor o menorcontinuidad de la Constitución de 1978 respecto de
las anteriores es preciso llevar a cabo un análisis sistemático de estos textos y no el
simple cotejo de sus preceptos con el propósito de buscar los antecedentes normativos e institucionales de la vigente Constitución. Una perspectiva esta última que, pese
a su posible valor hermenéutico e incluso a su utilidad informativa 2, tan sólo permitiría verlos árboles: la secuencia histórica de un precepto o de una institución, pero no
el bosque: el grado de continuidad o de ruptura entre los ordenamientos del pasado y
del presente.
Desde una perspectiva sistemática, es habitual dividir a nuestras Constituciones en
«progresistas» (las de 1812, 1837, 1869, 1931 y 1978), y «conservadoras» (las de 1834,
1845 y 1876). Esta clasificación resultaimprescindible para poner de relieve el engarce
de la Constitución de 1978 con las primeras y su alejamiento de las segundas. Pero tiene el inconveniente de que con ella no se puede situar correctamente a la Constitución de 1837, capital en nuestra historia y que, en rigor, no fue ni «progresista» ni «conservadora», sino que tuvo un marcado carácter transaccional. Pero sobre todo con esta
clasificación secorre el grave riesgo de minusvalorar lo que hay de común —que es
mucho— entre las diversas Constituciones del siglo XIX, fuesen «progresistas» o «conservadoras», y lo que hay de distinto —que es todavía mucho más— entre éstas y las
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Permite conocer, por citar algunos ejemplos, que podrían multiplicarse con facilidad, que la Diputación Permanente del Congreso
de los Diputados y del Senado...
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