Diabolik lovers
Estaba feliz, por fin iba a tener otro hijo, estaba pensando en llamarlo Shin, quería tener
otro hijo para que le haga compañía a Yuta, ambos serán simpáticos y heredarán la empresa
en la que trabajo.
Era el día, estaba en el hospital, ansioso, a un lado de la cama de la habitación tomando
la mano de mi esposa haciendo fuerza como si yo también fuera a parir. Me caían las lágrimas
a mares, estaba feliz. Luego de unos minutos me encontraba ya con mi bebé en brazos, Kaede
y yo nos besamos, y cayó dormida.
Habían pasado unas dos semanas luego de que Shin nació, era un niño sano y juguetón,
pero muchas veces encontraba a Kaede muy extraña, de vez en cuando, al llegar del trabajo, la
encontraba muy cerca de él y con un cuchillo en la mano, lo ignoré. Pero llegó el día en que mi
pesadilla comenzó, mi esposa, mi querida Kaede, estaba descuartizando a Shin, no lo podía
creer, estaba imaginando cosas, ‘’¿será por el cansancio?’’, me preguntaba, pero no, si estaba
sucediendo. Corrí hacia ella y pedí que parara, había sangre por todos lados, tenía miedo.
Solo deseaba que se acabara, no quería que Yuta vea los padres que tiene. Kaede me
obligó a enterrar el cuerpo de Shin en el jardín, y lo hice. Pero tenía planeado vengarme, no
puedo aceptar que un bebé de unas semanas (y además, mi hijo) alla sido asesinado de esa
forma por mi propia esposa. Yuta aún tenía un año, por suerte, no supo nada de eso.
Luego de unos días lo envié a la guardería. Al llegar a casa, tomé la primer cuchilla
que encontré, ella estaba durmiendo en nuestra cama. Sin pensarlo, la maté, ella gritaba y
gritaba, a mí no me importaba, al terminar, la metí dentro de una bolsa y la enterré también,
limpié la sangre que estaba desparramada por toda la habitación y quedé satisfecho.
Ya han pasado años después de ...
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