contabilidad
CONTRATO SOCIAL
Me he propuesto buscar si puede existir en el orden civil alguna regla de administración legítima y segura, considerando los hombres como son en sí y las leyes como pueden ser. Así como un pastor de ganado es de una naturaleza superior a la de su rebaño, así también los pastores de hombres, que son sus jefes, son de una naturaleza superior a la de sus pueblos. Antes deellos, Aristóteles había dicho que los hombres no son naturalmente iguales, sino que los unos nacen para ser esclavos y los otros para la dominarlos.
Luego, sólo hay esclavos por naturaleza, porque los ha habido contrariando sus leyes. Decir lo mismo de todo un pueblo, es suponer un pueblo de locos y la locura no constituye derecho.
Para que un gobierno arbitrario fuese legítimo, sería preciso queel pueblo fuese en cada generación dueño de aceptarlo o de desecharlo a su antojo; pero, entonces, ese gobierno ya dejaría de ser arbitrario.
La guerra de particulares, o de hombre a hombre, no puede existir, ni en el Estado natural, en el cual no hay propiedad constante, ni en el Estado social, en el cual todo está bajo la autoridad de las leyes.
Luego la guerra no es una relación de hombre ahombre, sino de Estado a Estado, en la cual los particulares son enemigos sólo accidentalmente, no como hombres ni como ciudadanos , sino como soldados; no como miembros de la patria, sino como sus defensores. Lejos, pues, de haber adquirido sobre él alguna autoridad unida a la fuerza, el Estado de guerra subsiste entre los dos igual que antes. Las dos palabras esclavitud y derecho soncontradictorias y se excluyen mutuamente. Un pueblo, dice Grocio, puede darse a un rey. Luego, según él mismo, un pueblo es pueblo antes de darse a un rey. Con lo cual subsistiría el Estado natural y la asociación llegaría necesariamente a ser, o bien tiránica, o bien inútil.
Por lo tanto, se ve claramente que no hay ni puede haber ninguna especie de ley fundamental obligatoria para el cuerpo del pueblo, niaun el mismo contrato social. En efecto, como hombre, cada individuo puede tener una voluntad particular contraria o diferente de la voluntad general que tiene como ciudadano. Da pues al común tanto su persona como todas sus fuerzas, de las cuales son parte los bienes que posee. El derecho del primer ocupante, aunque más real que el del más fuerte, no llega a ser un verdadero derecho sino despuésde establecido el derecho de propiedad. He aquí por qué el derecho del primer ocupante, tan débil en el Estado natural, es tan respetable para todo hombre civil. Los hombres, pudiendo ser desiguales en fuerza o en talento, se hacen iguales por convención y por derecho. Luego, si el pueblo promete simplemente obedecer, por este mismo acto se disuelve y pierde su calidad de pueblo. El pueblo nopuede ser corrompido, más se le engaña a menudo, y sólo entonces parece querer lo malo.
Hay mucha diferencia entre la voluntad de todos y la voluntad general. Estas son las únicas precauciones capaces de hacer que la voluntad general sea siempre ilustrada, y que el pueblo no se engañe.
Las promesas que nos unen al cuerpo social sólo son obligatorias porque son mutuas; y son de tal naturaleza quecumpliéndolas, no podemos trabajar para los demás sin que trabajemos también para nosotros mismos. En un Estado bien gobernado hay muy pocos castigos, no porque se perdone mucho, sino porque hay pocos criminales. No así en el Estado civil, en el cual todos los derechos están determinados por la ley.
Ya he dicho que no había voluntad general sobre un objeto particular. En efecto, este objetoparticular o está en el Estado, o está fuera del Estado. Si está fuera del Estado, una voluntad que le es extraña no es general respecto de él y si este objeto está en el Estado, se hace parte de éste. Pero cuando el pueblo delibera sobre todo el pueblo, no considera más que a sí mismo. Aceptado esto, es fácil de ver que ya no hay necesidad de preguntar a quien corresponde hacer las leyes en atención a...
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