conocimiento
Armando Gamarra
Las religiones laicas: neoliberalismo y marxismo dogmático,
son la peor amenaza para la naturaleza
Introducción
Desde el siglo XIX hasta nuestros días, el neoliberalismo y el marxismo dogmático han sido los modelos económico-ideológicos dominantes. Su imposición en vastas regiones del mundo, coincide, en líneasgenerales, con el comienzo del proceso de destrucción de la naturaleza en el ámbito planetario. Podamos suponer, pues, con propiedad que debe existir algún tipo de vínculo entre la destrucción de la naturaleza y esas ideologías. Los siguientes hechos son significativos al respecto: el exiguo basamento científico de ambos modelos, el carácter fundamentalista de sus adeptos, su escasa consideración por lanaturaleza y su predica de la preeminencia de lo económico por sobre cualquier consideración. De confirmarse la hipótesis, el fundamentalismo económico constituiría un aspecto esencial de la problemática ambiental.
En este trabajo proponemos una interpretación de la relación fundamentalismo económico- destrucción ambiental, diferente de la descrita en los libros de texto de economía ambiental.Partimos de una observación fácilmente comprobable: las teorías marxista y neoliberal son concepciones excesivamente simplificadas del mundo. En esas circunstancias, es imposible evitar que aparezca una brecha insalvable entre realidad y modelo. Como resultado, las previsiones del modelo nunca serán corroboradas por la evidencia empírica. Esta discrepancia entre teoría y realidad, se debe a queninguno de los modelos incorpora la complejidad de lo real entre sus consideraciones. En consecuencia, la capacidad predictiva y la calculabilidad, desideratas esenciales de cualquier teoría realmente científica, no serán posibles. Aparece, por lo tanto, desde un principio, una divergencia entre el supuesto principal de las teorías neoliberal y marxista: la hipótesis de que el mundo es simple y lacomplejidad irreducible del orden natural. En consecuencia, los dos modelos económicos sólo podrán verificarse en un mundo simplificado donde el orden natural haya sido reducido a su mínima expresión. Es decir, en un mundo artificial, deliberada y racionalmente construido. Es de suponer, pues, que, si no se ven constreñidos por estrictas leyes de protección ambiental, las dos ideologías trataran deeliminar la complejidad de la naturaleza mediante su simplificación forzada. Lo cual sólo puede llevar a su completa destrucción.
De todo esto, podemos colegir que, en las condiciones de extrema complejidad, ignorancia, indeterminación e irreversibilidad que caracterizan a los problemas ambientales, ni marxismo ni neoliberalismo serán capaces de definir adecuadas políticas de protección ambiental.Argumentamos que esta incapacidad no se debe a una limitación técnica, remediable, de esas teorías, sino más bien a que ellas se fundamentan en una concepción errada, simplista, mecanicista y reduccionista del mundo.
La realidad como sistema
Los filósofos, y cada vez mas científicos, hoy en día adhieren a la hipótesis ontológica de que la realidad no tiene nada de simple, que es mas bien unaentidad irreductiblemente compleja. No puede, por lo tanto, ser considerada como un sólido y homogéneo bloque de partículas elementales, sino como una estructura jerárquica, un sistema compuesto por muchos niveles entrelazados que interaccionan entre sí. Los fenómenos o procesos que ocurren en cada uno de estos niveles sólo pueden describirse por leyes que le son propias.
Se pueden reconocer, así,cuatro niveles: el físico, el biológico, el psicológico y el social. Los niveles se subdividen en subniveles y estos, a su vez, en otros de menor amplitud y así indefinidamente. Cada nivel se caracteriza por propiedades emergentes que no necesariamente existen en los otros niveles y tampoco tienen significado y referentes. Así por ejemplo: la noción de forma carece de significación en el nivel...
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