Como hacer filosofia en colombia
Esta tensión se refleja claramente en la forma como los indígenas asumieron sus rituales religiosos antiguos a escondidas de los conquistadores y la falsedad de su aceptación a las enseñanzas de los misioneros venidos de España; pues se sintieron vulnerados ensus derechos y no entendieron cuáles eran los motivos para dejar de adorar a sus dioses. Esta imposición social destruyó su estructura jerárquica y organizacional, ya que como cualquier pueblo, sus relaciones sociales giraron en torno a su fe, tal como lo expresa Justo González:
“Todo esto sin embargo, no fue únicamente producto de la era de los conquistadores. Desde mucho antes se había idopreparando el camino para semejante interpretación de los acontecimientos. Cuando en el siglo IV comenzó a desarrollarse la teología oficial del Imperio Romano, que tendía a excluir de la proclamación cristiana la necesidad de justicia en las estructuras sociales, y les daba especial autoridad en la iglesia a los poderosos del orden social, se comenzó a preparar la tragedia de la era de losconquistadores. De hecho, éstos no hicieron más que aplicarle a la nueva situación creada por los descubrimientos el modo de entender la fe cristiana, y la misión evangelizadora, que se había creado a través de los siglos para beneplácito de los poderosos”.[3]
Según Justo González, parte del problema radicaba en los hechos acontecidos durante la conquista y la colonia de América. El imperio romano, enel siglo IV, había dejado una herencia hermenéutica sobre la justicia social muy acorde con los intereses de los poderosos de la época: mientras que se pudiera evangelizar, no importaba lo que pasara en los aspectos más cruciales del orden social de los pueblos conquistados. Pareciera que la religión nada tuviera que ver con la actitud frente a la alteridad y su conciencia clara de ser personadelante de Dios, mucho menos plantear una defensa a los menos favorecidos por el régimen político de la época. Justo González expresa como en medio de esta falta de respeto a la vida humana que vivieron los indios y los negros, hubo un pequeño grupo que aún en medio de las situaciones más precarias y de los ambientes más inhóspitos, hicieron la diferencia con un trato digno, con protestas públicasy por escrito, entregando sus vidas en favor de aquellos que no tenían voz:
“Sin embargo, numerosas protestas se dieron (...) muchas de ellas han quedado olvidadas en los anales de una iglesia dominada por los poderosos, pero los hombres y hechos cuya memoria han llegado a nuestros días dan testimonio de que, aun en medio de aquellos tiempos violentos, en las selvas más apartadas, en loslugares más peligrosos, hubo quienes supieron ver la distancia entre el evangelio de Jesucristo y el de los conquistadores, entre el amor de Dios y el amor de Mamón”.[4]
Otro autor que deja una estimable huella de reflexión tardía sobre todos los hechos acontecidos en la época de la Conquista y Colonia es Pablo Alberto Deiros, quién en su libro “Los evangélicos y el poder político en América...
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