Chapela Nuestro compromiso

NUESTRO COMPROMISO CON LOS MENORES DE SEIS AÑOS
Luz María Chapela
Es necesario repensar la idea que se tiene de la infancia para dejar de concebir a los
niños como receptáculos de los programas educativos. Los niños son seres en
construcción y con proyectos propios que pueden sorprendernos si se abandona la
idea de que se sabemos a dónde, de qué modo y en qué horario deben ir.
Los primeros seisaños de vida, todos lo sabemos, son años clave en la construcción
de nuestra propia vida. En ellos construimos, por ejemplo, una manera básica de
mirar al mundo, nombrarlo, relacionarnos con él y darle significado; una actitud ante el
conocimiento; una manera de concebir a los otros y de tender o no a ellos; una
sensación inicial del tiempo como recurso; la volición de irrumpir o no en elespacioambiente; la pasión lúdica, con sus correspondientes capacidades de diseñar y
respetar normas, correr riesgos y mantener viva la esperanza; o una manera básica y
personal de relacionarnos con el trabajo, la lengua y las palabras, la música, el teatro,
la pintura, o la danza.
En estos años también construimos, de manera importante, una idea básica de
nosotros mismos. Esto quiere decir, por ejemplo:determinamos el permiso que nos
concedemos o no de interrogar, demandar, rechazar, solicitar, elegir, pedir tregua,
opinar o proyectar; la idea que tenemos de nosotros mismos como pertenecientes o
no a un grupo social y, en esta línea, los derechos y las responsabilidades que a
nosotros mismos nos asignamos; la idea específica de nuestra propia dignidad; la
conciencia de las propias carencias,potencias y necesidades; la propia capacidad de
suscitar amor en los otros y de hacerlos reír o de incomodarlos; la idea física de la voz
y el cuerpo propios y de sus habilidades; la sensación de valentía o cobardía; la
capacidad propia de argumentar, negociar y convencer a los otros; o algunas de las
propias preferencias básicas.
Una de las notables capacidades que tienen los menores de seis años (quecon
frecuencia perdemos los adultos al pensarnos sabios o importantes) es la de saber
que, afuera de ellos mismos, hay un mundo inmenso al que conciben infinito y,
paradójicamente, conquistable. Los menores de seis años son capaces de mezclar de
manera milagrosa la humildad, la pequeñez en su sentido más noble y la capacidad
de asombro con la - resistencia valerosa a lo desconocido, la inquietudinagotable y la
acumulación cons- tante de conquistas innumerables. Saltan, con la naturalidad
propia de la vida en movimiento, entre la duda y la certeza, entre el orgullo y el
asombro, y convierten cada uno de sus logros en plataforma de lanzamiento que los
lleva a nuevas incursiones en “lo otro”, que conciben gigante.
Desde otro punto de vista, los actuales son tiempos en los que la certidumbreha
perdido prestigio, las antiguas verdades se conciben como fórmulas temporales,
como herramientas de trabajo. Son tiempos en los que, una pregunta informada y
elegantemente formulada, da cuenta no de una ignorancia entendida como vacío o

 

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como nada, sino de una ignorancia informada y valiente que cuestiona porque tiene
conocimiento y porque imagina, duda y presiente. Desde lasacademias, los expertos
nos invitan a trabajar en el terreno educativo propiciando el prestigio y la
preponderancia del pensamiento complejo, nos piden recurrir a la inter- disciplina y
nos recuerdan que no podemos olvidar que la multi y la intercultura, en este punto de
la historia, forman parte normal de nuestra vida diaria.
Están también los descubrimientos, relativamente recientes, relacionadoscon las
inteligencias múltiples que nos hablan de una constelación que incluye, entre otras, la
inteligencia personal, interpersonal, de la naturaleza, musical, lingüística o filosófica,
por ejemplo, constelación de la que, la famosa inteligencia lógico- racional forma tan
sólo una parte. Los niños antes de los seis años hacen gala de sus inteligencias y, en
su avidez cognitiva, aprehenden el...