Carta 52
Se internaba por laenigmática senda de la relación del sujeto con su alteridad y, como cita al final de la Carta 52, con aquel otro prehistórico inolvidable a quien ninguno posterior iguala. El sujeto y su alteridad,Allouch, aquello a lo que responde su síntoma (neurosis), a veces aquello a lo que responde en su existencia (sicosis) o en su carne (enfermedades orgánicas).
Cuando Freud decide otorgarle al sueño elvalor de una formación literal, instaura la clínica de lo escrito y esto es un hecho decisivo en el sicoanálisis. Se inaugura con ello una clínica analítica que no ha sido lo suficientemente exploraday, por tanto, poco cultivada.
Allouch reflexiona al respecto y se pregunta qué quiere decir una clínica de lo escrito. No basta con haber singularizado así la clínica sicoanalítica, surgen ciertonúmero de cuestiones que resulta extraño que no hayan sido abordadas con anterioridad. Vayamos a la primera: si un sueño debe ser tomado como un texto, ¿en qué consiste el hecho de leerlo? Y en una formamás general, si el sicoanálisis opera a partir del hecho de que basta que un ser puede leer su huella, para que pueda reinscribirse en un lugar distinto de aquel de donde la ha tomado (Lacan, 1969);¿qué se necesita que sea esa lectura para que se produzca, sin otra intervención, una reinscripción del ser hablante en un lugar distinto? A este respecto, Allouch sugiere consultar a Lacan, Lacan conFreud, ya que es efectivamente como lector de Freud que Lacan se posicionó ''y por haberse enganchado a la letra de Freud su 'retorno a Freud' pudo ser reconocido como efectivamente freudiano"....
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