Beata chiara luce badano
“La heroicidad se logra cuando el comportamiento virtuoso se prolonga en el tiempo y se vuelve especialmente difícil, tanto que supera el modo normalde actuar, manifestando así, la constante determinación de moldearse en todo a la Voluntad de Dios.” De este modo lo explica Mons. Livio Maritano, obispo emérito de Acqui, quien encaminó en 1999 la investigación diocesana para el proceso de beatificación.
Lo que la sostuvo en los momentos más duros de la prueba fue el Evangelio, y el encuentro con un Dios cercano, sufriente también Él,descubierto en la figura de Jesús que sobre la cruz llega a gritar el abandono del Padre. Una fe viva, joven, que se nutría a manos llenas del encuentro, a la edad de 11 años, con Chiara Lubich y la espiritualidad de la unidad.
Chiara Badano nació en Sassello (Savona), el 29 de octubre de 1971, después de 11 años de espera de parte de sus padres. En el ‘81, con su papá y su mamá, participa en Roma enel Family Fest –una manifestación mundial del Movimiento de los Focolares-: es el inicio, para los tres, de una vida nueva. En su pequeño pueblo, Chiara se lanza a amar a sus compañeras de escuela, a quien pasa a su lado, decidida a vivir con radicalidad el Evangelio que la ha fascinado. Se compromete en seguida y con pasión en el Movimiento, entre las chicas de su edad.
Tenia 17años cuandounfuerte dolor en la espalda que notó durante un partido de tenis, hizo sospechar a los médicos. Comienzan exámenes médicos de todo tipo para definir el origen del mal. Muy pronto se descubre el origen del grave mal que la afecta: tumor óseo. Prosiguen los controles médicos y exámenes, y a finales de febrero de 1989 Chiara enfrenta la primera operación: las esperanzas son pocas. En el hospital laschicas que comparten su mismo ideal se alternan con otros amigos del Movimiento para apoyarla, a ella y a su familia, con la unidad y ayudas concretas. Las internaciones en el hospital se hacen cada vez más frecuentes y con éstas los tratamientos bastante dolorosos que Chiara enfrenta con gran valentía. En cada nueva y dolorosa “sorpresa”, su ofrecimiento es decisivo: “¡Por ti, Jesús, si lo quierestú, lo quiero también yo!”.
A pesar de lo grave de su condición, Chiara, apenas se lo permite su salud, participa personalmente, con alegría y entusiasmo, a cuanto se vive en el Movimiento de los Focolares.
Pronto llega otra gran prueba: Chiara pierde el uso de las piernas. Una nueva operación resulta inútil. Para ella significa un sufrimiento enorme: se encuentra como en un túnel oscuro,pero encuentra la fuerza para lanzarse de nuevo a amar, y la luz vuelve. “Si tuviera que escoger entre caminar o ir al Paraíso –le confiesa a alguien– escogería sin titubear: ir al Paraíso. Ahora me interesa sólo eso”.
Desde pequeña se había comprometido a vivir el Evangelio al ciento por ciento, aún con los altos y bajos propios de la adolescencia. Escribe en su agenda, dirigiéndose a susamigos:
“Salí de sus vidas por un instante. ¡Cómo hubiera querido detener el tren en marcha que me alejaba cada vez más! Pero en ese entonces no lo comprendía. Me encontraba todavía absorbida por tantas ambiciones, proyectos y quién sabe qué otras cosas (que ahora me parecen tan insignificantes, frívola, y pasajeras). Otro mundo me esperaba y no me quedaba más que abandonarme. Pero ahora me sientoenvuelta en un espléndido designo que poco a poco se me va revelando”.
El médico que la asiste, no creyente, y muy crítico frente a la Iglesia, queda cada vez más profundamente impresionado por su testimonio y el de su familia: “Desde que conocí a Chiara, algo ha cambiado dentro de mí. En ella hay coherencia, en ella todo el cristianismo me encaja”.
Su relación con Chiara Lubich era muy...
Regístrate para leer el documento completo.