Arre
Una tarde tan normal, en una habitación de hotel se cerró la puerta Adela, como una autómata, se sentó ante el espejo y empezó a maquillarse cuidadosamente. Poco a poco elgesto adusto de su rostro se fue transformando y una nueva mujer surgió ante sus ojos. Asombrada vio como había cambiado su rostro y su espíritu se contagio de alegría y picardía de la mujer delespejo. De pronto se sintió segura y sensual con ganas de vivir y sintió el apuro de salir de esas cuatro paredes apresoras, con sus manos nerviosas arrancó su blusa de algodón y busco entre su ropa sulustroso vestido de satén y al sentir la suavidad de la tela al rozar su piel, un delicioso escalofrío la rrecorrío. Al fin se calzo unos altos tacones, se miro nuevamente y dándose unos últimostoquecitos de colorete en los labios. Al traspasar la puerta, piso la acera y sintió la mirada deseosa de las personas, camino lentamente entre la gente, deleitándose con el alboroto que causaba su presenciay en una esquina se paro y detuvo un taxi. Las calles desfilaban ante sus hermosos ojos verdes, como extraños personajes, de una más extraña novela, para ella, en ese momento, todo era nuevo yexitante. De pronto la voz del chofer la saco de su pensamiento.
Chofer- Señorita ya llegamos, esta es la dirección.
Adela pago sin prisas y bajo del auto, ya nada la agobiaba, ahora tenía el tiempo a sudisposición. Ya no tenía que correr, apurarse o desesperarse por los ajetreos del día, se sentía dueña del tiempo y del mundo. Con un alemán gracioso corrió las pesadas cortinas de aquel local. Conpaso seguro se dirigió hacía una mesita junto a la barra de aquel Bar, y ordeno un trago se saboreo lentamente, con la mirada busco unos ojos penetrantes y en su mente espero a escuchar una voz quellevaba grabada en la mente, pero solo se escuchaba la voz tan melodiosa del cantante interpretando “Mientes tan bien”, abrió su bolso y sintió el frio metal dentro y recordó para que había venido,...
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