Anahi
Había una vez un planeta llamado Vania, también era conocido como el planeta del olvido, pues una vez que alguien moría, el resto de los habitantes hacían lo posible por no recordar y omitir su existencia.
Después de 17 años viviendo en este mundo, por fin comencé a entenderlo todo, mi padre me había dicho la verdad, aunque siendo un poco sincera seguía sin entender algunas cosas y justocuando me arme de valor y le pregunte, solo me dijo:
–siempre se dice que hay más tiempo que vida, pero no, cuando se te acaba el tiempo la vida se te arrebata–
En ese momento me quede anonadada y ya no supe que mas decir, así que solo asentí con la cabeza y me retire a mi habitación, seguía sin comprender la frase, seguía sin entender porque nadie mencionaba a mis abuelos, o porque no podíavisitar a mi amiga Fabiola en el panteón, y me tomo toda la noche armarme de valor otra vez para decirle que me lo explicara; sentía tantos nervios, pero no eran como cuando esperaba como loca todo el año para que llegara navidad, no, esta vez era diferente. Al día siguiente en cuanto amaneció fui hasta la habitación de mis padres, pero él no estaba, solo estaba mi madre llorando sin decir palabraalguna, cuando me vio me abrazo y se hizo un mar de lagrimas, sí, era justo lo que me imaginaba, mi padre había muerto, la noticia me callo como un balde de agua fría, estaba paralizada, con un terrible sentimiento, era algo inexplicable.
Sentía tristeza, miedo y algo aun peor, odio, si, odio a la vida. Mi madre tratando de consolarme me decía una y otra vez que era el ciclo de la vida, que eralo normal y que pronto deberíamos de superarlo, pero yo lo único que quería era decirle todo lo que nunca pude, bueno lo que no pensé que fuera necesario decirle, hasta ahora, hoy que sé que no lo volveré a ver por un largo tiempo. Lo único que no me quedaba claro era porque él, si era una persona tan llena de vida, tan alegre, tal vez no tan joven pero siempre con un entusiasmo de vivir quedifícilmente se veía en alguna otra persona, siempre se encontraba de buen humor y contestaba todo con una hermosa sonrisa que me hacía sentir mejor. Pero, ¿qué paso? un día antes lo vi tan sano, quizá estaba enfermo y nunca tuve tiempo de notarlo, porque no es precisamente un secreto que casi no pasaba ya tiempo con él, que ahora el salir con mis amigas se volvió más importante que cenar en familia,eso y muchas cosas más que no quería recordar porque me sentía culpable.
Mi madre se trataba de hacer la fuerte, pero era inútil yo si notaba la tristeza en sus ojos, al menos a mi no me engañaba.
Pasaron muchos días, tantos que no solo perdí la noción del tiempo, sino también olvide ir a la escuela, mis labores, salir, simplemente olvide que tenía una vida.
Una noche mientras iba a mihabitación me encontré un viejo libro, forrado con un periódico bastante arcaico, lleno de polvo y con algunas páginas sueltas, lo reconocí de inmediato, era el libro favorito de mi padre, él lo llamaba ‘’el curandero’’, me dijo que cuando sintiera que le hacía falta una respuesta a mi corazón o me encontrara afligida lo leyera y todo estaría mejor, que la tristeza se me pasaría y que me sentiría con másganas de vivir que nunca, en algunas ocasiones me invitó a leer con él, pero nunca pudimos hacerlo; hoy comenzare a leer un poco, yo se que le emocionaría mucho que no lo olvidara como ha pasado con todos los que mueren aquí y que lo recordara a través de las palabras de ese libro y bueno, que aunque sea por una vez hiciera las cosas como a él le gustaban; cuando lo abrí valla sorpresa me lleve,nunca imagine de que trataría el famoso ‘’curandero’’ pero de haberlo intentado, seguro hubiera errado, era una biblia, una vieja, fea y descuidada biblia, no es que tuviera algo en contra de la biblia, pero si de quienes la profetizaban, odiaba que algún viejo decrepito rabo verde se la diera de santo y me viniera a dar un sermón de una hora una vez por semana, yo creía en un dios, como la...
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