Tokio

Nada podía ser mas maravilloso, recorría el prado lleno de flores con Bill en mi espalda, era gracioso ya que el no me podía a mi. Sin embargo disfrutaba escuchar su risa, tan relajada y feliz, erauno de mis sonidos favoritos sobre la faz de la tierra.
Podia sentir la sonrisa que adornaba sus dulces labios.
Decidi parar un poco mas adelante, no por que me molestara llevarlo, el solo roce de supiel me impedía incluso pensar, era una de las cosas que disfrutaba con su compañía. Sentir esas mariposas revolotear en mi estomago con solo una mirada suya.
Estando los dos juntos podíamos serquien verdaderamente eramos, el era como mi alma gemela, siempre fui un alma dañada y el también, mas nunca perdió las esperanzas de volver a amar, me enseño a perdonar a las personas que me dañaron y mehizo ver lo bello de la vida.
Nos recostamos en la hierba juntos, uno al lado del otro. Tomo dulcemente mi mano, que a comparación de las suyas era pequeña, sus ojos se perdieron en la inmensidaddel cielo, lo observe, su cabello negro bailando al compas del viento, sus labios entreabiertos con una suave respiración.
Me acerque lentamente a su pecho, el dirigió su mirada chocolate hacia la mia,su mano rozando suavemente mi mejilla sonrosada.
Su mirada tan profunda me decía tanto, y a la vez ocultaba esos dulces secretos que nadie mas que yo sabia.
 
Entonces como algo mágico empezaron acaer pequeñas gotas de lluvia, muy ligeras. Mas no prestaba atención, el angelical rostro de Bill se iba acercando al mio, mientras instintivamente y suavemente cerraba mis ojos.
Sus labios rozaronlos mios  en un beso delicado, dulce y profundo pero al mismo tiempo tierno.
Mis manos entrelazadas entre las suyas ejercen un poco de presión de manera inconsiente.
Entonces lo escucho, es un dulcesusurro pero con tal devoción que me embarga una sensación indescriptible mientras siento mi corazón latir deprisa.
-Te quiero…- su voz angelical es una dulce melodía para mi, me siento perdida.-...