Ni uno

El presidente Calderón ha propuesto a la Nación el Plan Nacional de Desarrollo de su administración. Este documento, durante muchos años, fue el depósito de aspiraciones inalcanzables, como si, pornombrarlas, por ese sólo hecho fueran a convertirse en realidad. Elefantes burocráticos, ocupaban a cientos de empleados del Gobierno para crear un mamotreto imposible de leer, porque todos sabían quesu único objetivo era cumplir con la ley y ser un recuento de los sueños de grandeza del Gobierno en turno.

Aquí también los tiempos han cambiado. Este Plan Nacional de Desarrollo plantea un cambiosustancial, una transformación profunda en relación con sus antecesores: no se concentra tanto en las metas como en la manera de alcanzarlas. Si reflexionamos un poco sobre este matiz, veremos que suespíritu es verdaderamente democrático. No basta con consultar a la sociedad si después se pretende imponer -lo que, por cierto, ya no es posible- una visión del país y una forma de alcanzarla.

Espor eso que este documento reviste una importancia histórica. Hemos pasado de estar de acuerdo en las metas a aceptar que tenemos que ponernos de acuerdo en los medios para alcanzarlas y eso sólo sepuede hacer con la participación y la voluntad política de todos. Si queremos reforma educativa, necesitamos a los maestros, al sindicato, a las autoridades, a los padres de familia, a los alumnos, alos especialistas. Si queremos una reforma electoral, necesitamos a los partidos políticos, a la sociedad, a los politólogos, a los funcionarios, a los consejeros electorales, a los gobernadores y alos presidentes municipales. Podríamos continuar con más listas similares hasta agotar este espacio.

Lo cierto es que prácticamente en ningún tema importante de la agenda nacional, el Gobiernofederal podrá llevar sólo el barco a buen puerto. ¿Manifestación de debilidad? Para nada, me parece que es una señal de fortaleza dirigir una orquesta dando a cada instrumento su oportunidad de aportar y...