Lo insignificante

Sentir la leve brisa del viento cuando acaricia mi cara, produce una variedad de sensaciones placenteras. Me obliga a cerrar los ojos y desplazarme lejosde la realidad, aun así, sin dejar de sentirme viva. Mientras me dejo llevar por esa suave brisa, experimento la sensación de estar volando como ave que porvez primera emprende su vuelo hacia la libertad. Además, produce en mí tranquilidad, serenidad y me obliga a meditar sobre el rumbo de la vida que he tomadoy que debo tomar. Un detalle que no debo olvidar mientras ocurre el juego de sensaciones en mí interior es que ese instante emotivo logra que surja ciertafuerza y valentía para lograr mis metas y sueños, que nada es imposible. No obstante, mientras experimento ese trance con la naturaleza, reviven ciertosrecuerdos de mi infancia los cuales no recuerdo con facilidad. Un detalle muy importante es que logra que olvide todos mis problemas y preocupaciones por unmomento, y obliga que vea en mi interior y medite sobre mis actos y consecuencias. Desde muy chica busco subir a la montaña más alta de mi residencia paradetenerme por cierto momento a sentir la dulce y suave brisa en mi cara. Parecerá tonto pero en realidad siento que tengo un contacto con Dios, por esoconsidero que sentir la brisa para mí es algo grandioso. En fin, creo que existe una moraleja, aunque sigan ocurriendo desgracias y tristezas existe el doble decosas maravillosas y bellas que Dios ha creado para con nosotros y por estar ocupados en otros asuntos no le damos esa importancia que se debería dar.