Etica del abogado

“Hay que escribir como se habla, pero es menester hablar bien”. (Juan de Valdés)
¿Qué debemos ser un abogado o un titular en derecho?
¿No es pues nuestra función el de abogar, representar a otra persona ayudarla y defenderla en materia de derecho? Lo cual nos corresponde llevando una ética profesional. Es por ello un anhelo la necesidad de demostrar que el abogado pose conocimientos,instrumento para garantizar el correcto ejercicio de la defensa, es decir, para garantizar a los ciudadanos que su defensa la ejercita un profesional capacitado técnica y deontológicamente, porque el abogado es precisamente el único profesional legalmente capacitado para acudir ante la jurisdicción a defender derechos tan sensibles para toda persona como su libertad, su patrimonio y trabajo, sufamilia y su honor, su bienestar como ciudadano en suma, su dignidad como persona.
En principio, la ética es nuestro proceder político (como ejercicio de libertad) que tiende en inicio a la supervivencia, luego a vivir bien, a pensar bien, a obrar bien; en un primer momento por y para nosotros mismos, y luego por y para con los demás.
Al hablar de la formación profesional del abogado nosreferimos también a su formación integral como abogado la cual no puede ignorar las vertientes cultural y moral del abogado. La formación no se agota en la calidad estrictamente profesional. Es decisivo para el ejercicio de la abogacía que la comunidad pueda contar con abogados con una sólida formación ética, que sean honestos probos reales y confiables.
Si bien es cierto el aspecto ético de la actividady proceder del abogado se adquiere fundamentalmente en el hogar en los tiempos que corren donde por lo general ambos progenitores tienen que trabajar los niños se encuentran en no pocos casos en un estado de relativo abandono con escaso contacto de sus padres, quienes se hallan medularmente preocupados, en muchos casos, en obtener lo mínimo indispensable para la subsistencia familiar.
Como decíaKant en esta frase: "En la primera juventud nadie sabe qué fines podrán ofrecérsenos en la vida; por eso los padres tratan de que sus hijos aprendan muchas cosas y se cuidan de darles habilidad para el uso de los medios útiles a toda suerte de fines cualesquiera, pues no pueden determinar de ninguno de éstos que no ha de ser más tarde un propósito real del educando, siendo posible que alguna vezlo tenga por tal; y este cuidado es tan grande, que los padres olvidan por lo común reformar y corregir el juicio de los niños sobre el valor de las cosas que pudieran proponerse como fines".
Es lamentaba de que los propios padres se preocuparan más por hacer a sus hijos diestros que por invitarles a la moralidad, es decir, a la valoración de los fines últimos.
El vacío que se presenta enciertas circunstancias en el campo de la formación ética del abogado encuentra su remota raíz en el hogar donde la educación de los hijos se produce desde el casi momento de su nacimiento. Los niños tienden a imitar las conductas, actitudes, lenguaje y hábitos de sus progenitores, los mismos que están asignados por un determinado sentido ético.
Es por ello, que el ejemplo de los padres y más tarde, elde los maestros y el de los gobernantes, en su caso, tienen un fuerte impacto en la formación ética de los futuros abogados.
En las facultades de Derecho se les enseña sobre todo a ser buenos aplicadores de la norma jurídica, pero no del Derecho (que implica la política y la vida); o sea se los priva de su dimensión humana (y no solo en el sentido de solidaridad o emoción social), sino queolvidan ser personas y se vuelven… "demasiado abogados". Se involucran tanto en su rol de abogados que esto finalmente castra su potencial valorativo, su capacidad de emitir juicios de valor, de diferenciar lo bueno de lo malo, lo correcto de lo incorrecto; en otras palabras adormece su conciencia, y los hace presas fáciles de la corrupción (por citar algunos ejemplos: el irregular "flujo y reflujo"...